Nada que reprochar al buen hacer del sector agrario aragonés, que, ayudado por la climatología (salvo excepciones ya casi crónicas), ha conseguido una “buena cosecha” en 2016, especialmente en cereal de invierno, uno de los cultivos con mayor presencia en la Comunidad. Pero, a pesar de ello, el año que ya ha quedado atrás “no ha sido positivo” para los agricultores y ganaderos, que “se han sentido abandonados por las instituciones”. Así lo señalaron este miércoles el secretario general y el secretario de organización de UPA Aragón, José Manuel Roche y Enrique Arcéiz, respectivamente, durante la presentación del balance agrario realizado por la organización agraria, en el que califican el ejercicio pasado como un “año perdido” por el parón político e institucional.

El escaso avance de soluciones para frenar los desequilibrios de la cadena alimentaria. La excesiva burocratización de las PAC, que ha tenido el sector inmerso en continuos controles e inspecciones que han colapsado a la Administración y han provocado constantes problemas en el pago de ayudas. O la necesidad de prorrogar los presupuestos por la falta de Gobierno, que ha mermado la disponibilidad económica y ha supuesto drásticos recortes en subvenciones tan necesarias como las que ayudan a financiar el coste de los seguros agrarios, han sido los obstáculos, “para algunos sectores casi insalvables”, que han frenado la marcha del sector en un año en el que una primavera lluviosa hacía presagiar una buena cosecha.

Porque el campo dio sus frutos. La producción de cereal de invierno ha sido “buena” y aunque ha habido “gran variabilidad productiva espacial”, los rendimientos unitarios se han incrementado notablemente. “De cada 100 años, solo en diez, las producciones de secano han sido superiores a las de 2016 y solo en una ocasión han estado por encima en los cultivos de regadío”, señaló Roche.

La cosecha de maíz también presenta buena cara y son “normales” los rendimientos en el arroz, que, sin embargo, no deja de perder superficie, situación contraria a la que se presenta en las plantaciones de almendro, cada vez mayores porque “este es un cultivo rentable”, destacó el responsable de UPA Aragón. Sin, embargo, hay un pero: los bajos precios, que han aguado la fiesta a los productores que “han perdido renta en todos los cultivos a pesar de lograr mejores cosechas”.

La ganadería se llevó en 2016 la peor parte. A excepción del porcino que mantiene su rentabilidad gracias a las exportaciones, en el ovino continúa el goteo de cierres de explotaciones, iniciado tras el desacoplamiento de las ayudas de la PAC, el cunícola vive una “verdadera quiebra” y el vacuno de leche y sus problemas están arrastrando a producciones tan importantes para Aragón como la alfalfa, explicó Enrique Arcéiz.

Ante esta situación, Roche recordó que para que este recién estrenado 2017 sean un buen año agrícola sera necesario, además de una climatología generosa, “unos precios justos y más apoyo de las Administraciones”.