Llenazo en la apertura de los parques infantiles

Una veintena de ferias repletas de música, videojuegos e hinchables toman el relevo a las aulas por todo el territorio.

En Chiquiayud se han desplegado toboganes, tirolinas e infinidad de castillos hinchables.
En Chiquiayud se han desplegado toboganes, tirolinas e infinidad de castillos hinchables.
Macipe

Prueba superada. La temida jornada post-Navidad con los peques en casa ya es historia. Para entretener a la chavalería en vacaciones, tan efectivo como el cine de Disney resultan los parques infantiles que ayer levantaron la persiana por toda la Comunidad. La veintena de ferias que se han preparado estuvieron a tope y los niños disfrutaron de una oferta que, en esencia, reúne castillos hinchables (los más guays con forma de Bob Esponja), talleres creativos, algunas competiciones deportivas y bastantes videojuegos.


En el Palacio de Exposiciones y Congresos de Teruel, por ejemplo, abrió sus puertas un espacio en el que los pequeños con espíritu acróbata pueden disfrutar de camas elásticas y de pistas de patinaje. También hay ‘quads’, talleres y juegos de consola, en una cita abierta hasta el día 3 y que también da cabida a los padres, pues pueden acompañar a sus vástagos demostrando sus habilidades en la pista de bádminton o en el juego de dardos. La más solicitada de las atracciones, no obstante, fue la piscina de bolas, destinada a los niños de corta edad, que abarrotaron el recinto cuatro largas horas en horario vespertino. El acceso gratuito para los padres –la entrada infantil cuesta dos euros– y el que en el Palacio de Congresos haya una cafetería da un respiro a los adultos, que se fatigan mucho antes que la chiquillería.


Otro clásico que abrió ayer es Chiquiayud, una de las ferias más veteranas, que este 2016 echa mano de magos y payasos (ayer fue el turno de Mondy y Flopy) para divertir a los pequeños en el recinto ferial de Claretianos. Estará en marcha hasta el día 30, pero después, la semana previa a Reyes, Calatayud celebra un ciclo de teatro infantil –con Arbolé o Teatro Paraíso– que no tiene desperdicio.


Quizá sea la provincia de Huesca la que ocupe el podio en lo que a ferias infantiles se refiere porque hay media docena que son de mención obligada. El Lapislázuli de Fraga ha llegado a contar con la visita de más de 5.000 niños en ediciones anteriores. Este año está dedicado a los piratas e incluye, entre otras atracciones, habrá un gran hinchable con forma de loro, un galeón o una rampa de surf.


El Pirichiquis de Jaca no le va a la zaga, como también son muy destacables Diverbiner, Diversabi, Zagalandia (en Barbastro), el Chiquicinca de Monzón y la feria de la capital oscense: Guirigay, con ‘shows’ de magia y circo, en el Palacio de Congresos hasta el día 30.

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