"He pasado la noche en una tienda de campaña rodeado glaciares e icebergs, he fotografiado ballenas y auroras boreales"

El aragonés Lucas Torres Ausejo plasma su experiencia de un año y medio en la colección de fotografías ‘Is: Instantes de hielo y fuego’.

Un aragonés en Islandia
Un aragonés en Islandia
Lucas Torres

Tenía 22 años, una mochila cargada de cosas básicas para sobrevivir en el invierno eterno de Islandia, una cámara de fotos y un reto que cumplir: “No quería gastar ni un euro en transporte ni alojamiento”. Así comenzaría la aventura del fotógrafo zaragozano Lucas Torres, de 24 años, que recientemente ha presentado el resultado de su experiencia en la feria Entre Fotos de Madrid.


El 6 de marzo de 2015, con un billete de ida y sin una fecha de vuelta entre sus planes, inició su aventura rumbo a Reykjavik, capital de Islandia. Con algún viaje a España y Reino Unido en medio, permanecería en el país durante un año y medio, donde trabajaría como fotógrafo, granjero y en un hotel hasta octubre de 2016. “Utilicé varias páginas de intercambio como Couchsurfing que reúnen a familias que ofrecen comida y alojamiento a cambio de trabajo en su casa”, explica Torres.


“Cuando llegué me encontré en uno de los países más caros de Europa, una cerveza costaba 10 euros y alquilar un coche unos 200 por día. Tampoco tenía ni idea de islandés y mi inglés estaba algo olvidado” recuerda. A pesar de los impedimentos, reconoce que tuvo mucha suerte con la gente que se encontró por el camino, tanto en los alojamientos como con otros jóvenes que viajaban de la misma forma que él.


Comenzaría a trabajar en una granja de caballos al sur de Islandia y otra de vacas y ovejas al norte en un país en el que hay seis meses de sol y seis meses en los que tan solo es de noche. “Es un factor que afecta mucho al día a día y no solo al ánimo sino en cuanto a la fuerza física. Si vives allí es muy duro. Hablamos de un país con un índice de alcoholismo que roza el 50%”, asegura. Sin embargo, para él fue una situación indescriptible: “Las luces más bonitas que he visto en mi vida las vi cuando el día duraba 4 horas”.


Un día normal en la granja comenzaba a las 7.00. Trabajaba entre 5 o 6 horas al día y el resto del tiempo lo invertía en conocer la zona. “En la última granja, que es en la que más tiempo estuve, había unas 40 vacas que debíamos ordeñar dos veces al día y otras tantas ovejas. Varias veces a la semana venía un camión de la única compañía lechera del país que hacía recogida de todas las granjas del valle”, afirma.


Entre destino y destino, y haciendo autostop, consiguió recorrer lugares pintorescos y únicos en un país de apenas tres habitantes por kilómetro cuadrado. “El 99% de la población reside en núcleos urbanos”, añade. Entre sus experiencias, ha pasado la noche en una tienda de campaña rodeado de lagunas glaciares e icebergs, ha fotografiado ballenas y auroras boreales y ha visitado el avión abandonado en la playa islandesa en plena Guerra Fría o el volcán Eyjafjallajökull cuya última erupción fue en 2010.


Para él ha sido una experiencia única y totalmente recomendable para cualquier persona. “A menudo no sabía lo que iba a hacer al día siguiente pero lo disfrutaba. No existía la rutina. Y para mi esa liberación supuso conocer el significado de la libertad real”, asegura. “Mucha gente me preguntaba que si no tenía miedo, sobre todo a la hora de hacer autostop. Dejé atrás mi vida y tuve que aprender a vivir en soledad. Aún con todo no cambiaría esta experiencia por nada”, añade Torres.

Instantes de hielo y fuego 

De esta primera experiencia vital nace su primer proyecto, ‘IS: Instantesde hielo y fuego’, formado por 15 fotografías. Sin embargo, el zaragozano se topó con la cruda realidad. “Todos los que vieron el trabajo dijeron que era muy bueno, pero que soy muy joven y desconocido, que poco tenía que hacer”, recuerda.


Sin embargo, y aunque no ha dedicado mucho tiempo a mover sus fotografías, el zaragozano ha recibido algún reconocimiento. “En octubre de 2015 regresé a España y presenté parte del trabajo a un concurso de Caixaforum en torno al trabajo del fotógrafo Sebastiao Salgado. Al final fui uno de los seleccionados lo que fue un gran honor ya que es uno de mis fotógrafos favoritos”, recuerda. También ha protagonizado una publicación de la revista Nathonal Geographic.


Este mes de diciembre estuvo en Madrid en la XVIII Feria Nacional de Fotografía de Madrid junto a otros 30 autores donde durante cuatro días pudieron compartir su trabajo con los visitantes. Su próximo objetivo se sitúa en Chile, país al que parte en enero de 2017, una vez más, sin planes ni fecha de vuelta en mente. “En mi viaje he aprendido que la libertad es no tener miedo. Ahora cambio de aires y tengo en mente conocer más sobre las tribus chamánicas”, concluye.

 
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