Acaba un año redondo para Nacho del Río, que es lo mismo que decir un año redondo para la jota aragonesa. El único pero es que nos dejó el Pastor de Andorra.

Es ley de vida. Nunca creíamos que iba a llegar el momento. Estaba tan bien… Tuvo una vida plena, de película. Salir de la nada, del pueblo, y llegar a cantarle a jefes de Estado. Sobre todo, me gustaría destacar que el Pastor se ha ido querido y respetado por todo el colectivo jotero, que no es fácil.

Ya lo decía el maestro Alfonso Zapater: cuando se quiere tanto a la jota como la quiere un jotero, lo normal es que las diferencias, que los roces, sean dolorosos.

Ahí radica uno de los grandes méritos del Pastor: el acuerdo absoluto de todas las opiniones acerca de su valía. Era una voz diferente, poderosa.

Aún recuerdo la Navidad pasada. Fuimos a entrevistarle a Andorra. Me dijo que una hora antes había ido a visitarle usted junto a Piedad, la hija de Jesús Gracia. Recuerdo que nos dio unas magdalenas que le había llevado usted del horno de sus padres en Calatayud. Qué ricas estaban…

Todo era poco para el Pastor. Ha hecho mucho por la jota.

¿Se atreverá usted a cantar la ‘Palomica’?

Ya me he atrevido, pero jamás la cantaré como él. Es una creación suya, y nadie la cantará jamás como el Pastor. Hay jotas hechas para determinadas voces: ‘Palomica’, para el Pastor; ‘La Fiera’, para José Oto; y ‘Los Altares’ (‘La que más altares tiene’), para Jesús Gracia.

Y ‘Las Cerezas’, para Nacho del Río.

Eso es una opinión suya... (sonríe).

Empezábamos diciendo que el año ha sido magnífico para usted.

No me quejo. Aunque todo lo que se haga por la jota es poco. La jota ha dado mucho más a Aragón que Aragón a la jota. Aragón sigue estando en deuda con la jota.

Comenzó con la Gala Lírica.

Fue un proyecto junto a Montserrat Martí (hija de Montserrat Caballé), Beatriz Gimeno y el coro Amici Musicae, dirigido por el maestro Tapia. También presentamos el concierto Batebancos para San Valero en la Sala Mozart.

‘Jota’, de Saura, fue un puntazo.

Un refrendo extraordinario, con un cineasta del prestigio de Carlos Saura. El trato de Saura, de su hijo, de todo el equipo, fue de lujo.

Hasta se ha atrevido con la Jota Sinfónica...

Fue en octubre. Ansiaba ese proyecto. Cuando organicé la Gran Gala de la Expo, ya quise contar con una orquesta sinfónica. Afortunadamente, el proyecto cuajó ahora con la Orquesta Sinfónica Goya. Se implicaron los Ayuntamientos de Calatayud y Zaragoza, y la idea salió adelante.

Ayuntamientos de tan distinto signo unidos por Nacho del Río…

Por cierto, mañana lunes a las 20.00 en el Teatro Principal se presenta el cedé y deuvedé que fue grabado en la Sala Mozart.

También se ha esforzado en la divulgación de la jota junto al inefable José Luis Melero.

Luchamos por rescatar las cantas más antiguas y desconocidas, jotas desde 1783 hasta el siglo XXI. Recuerdo también el homenaje a César Alierta en la Sala de la Corona del Gobierno de Aragón.

Quizás la Fonoteca sea el proyecto más ambicioso…

No sé si el más ambicioso. Desde luego, necesario. Por primera vez, un Gobierno atiende una petición y ve la necesidad de crear un fondo documental sobre la jota.

Clama al cielo que no haya un museo sobre la jota…

La Fonoteca debería ser el magma que aglutine toda la obra sonora y literaria sobre la jota. El Gobierno nos designó a Javier Barreiro, a José Luis Melero y a mí para capitanear el proyecto.

Barreiro, Melero… Lo mejorcito.

A todos nos duele que se trate a la jota de zafia, casposa, facha. Afirmar eso es tener un desconocimiento total de la historia de la jota. Voces como el Royo del Rabal, Jesús Gracia, José Iranzo, José Oto, Cecilio Navarro, Juanito Pardo…

¡Cómo vive la jota Nacho del Río!

La amo. Este amor representa el respeto a los maestros de la jota. Porque la historia de la jota es nuestra historia.