La semilla de la igualdad se planta en el aula

El Guillermo Fatás es el primer colegio de Infantil y Primaria en Aragón que ha desarrollado un plan para prevenir la violencia de género y actuar ante los primeros indicios.

Los niños de Primaria del Guillermo Fatás, en una dinámica basada en la igualdad.
La semilla de la igualdad se planta en el aula
Raquel Labodía

Las niñas llevan mochilas de princesas y sudaderas rosas. Los chicos, zapatillas de Spiderman y las camisetas de sus futbolistas preferidos. Entrar en una clase de Primaria de cualquier colegio es constatar cómo calan los clichés sexistas que la sociedad de consumo impone desde pequeños. Y esto es solo la punta del iceberg: en muchos ambientes, se halaga a las niñas llamándolas guapas y a los niños diciéndoles que son fuertes. Una chica despistada es un desastre, pero un chico distraído es solo un chico. Y, al final, los convencionalismos y las frases hechas acaban convirtiéndose en verdad y, en los peores casos, son el germen de actitudes machistas que los niños y los niñas van interiorizando y que pueden degenerar hasta la violencia de género cuando se asoman a la vida adulta.


"Actuar en el instituto es demasiado tarde, la semilla de la igualdad debe sembrarse en casa desde que nacen y en el colegio desde que tienen 3 años". Esta idea, que expresa Carmela Sauras, la directora de estudios del colegio público Guillermo Fatás, en el zaragozano barrio de Santa Isabel, es la que ha llevado a este centro público de Infantil y Primaria a convertirse en el primero de Aragón en implantar un Plan de Igualdad. "Los pilares del edificio que estamos construyendo deben estar bien colocados", insiste Carmela.


Las medidas llegan a todos los cursos, a las familias y a los maestros. Los niños de 3 a 5 años trabajan el cuento de ‘Arturo y Clementina’, dos tortugas que simbolizan, en forma de parábola, la forma en la que se construyen ciertas relaciones tóxicas. Los más pequeños son todavía un campo limpio sobre el que abonar: a esta edad, en muchos niños aún no han hecho mella los convencionalismos, y los gustos de cada uno todavía se manifiestan con bastante naturalidad.


Los mayores trabajan en el gimnasio por parejas mixtas, escenificando el apoyo y el cuidado del otro. Además, en el día a día, hay múltiples oportunidades de educar a los niños en la igualdad, alejándolos de estereotipos, prejuicios y discriminaciones por razón de género u orientación sexual. También se fomenta, cuando son más mayores, la reflexión sobre el papel de la mujer y el hombre en un entorno igualitario. Y, de fondo, en este colegio, siempre se garantiza la igualdad de oportunidades en el ámbito escolar.

Jugar de otra manera

Además, el Guillermo Fatás está volviendo a reeditar sus documentos para adoptar un lenguaje inclusivo, que también se ha incorporado en las aulas. Por ejemplo, en las circulares se habla de "familias", y no de "padres".


Los juegos y el recreo son unos entornos excepcionales para detectar y abordar estereotipos. En un país en el que el fútbol masculino protagoniza noticias, ocio y planes de fin de semana, se puede trabajar mucho.


"Los chicos a los que no les gusta este deporte o ciertos juegos de equipo a menudo se sienten menos integrados, y puede darse también que entre los pequeños se diga a las chicas que no pueden jugar", explican desde el centro. Por eso, un día a la semana, los miércoles, se ha decidido que no se pueden utilizar balones en el recreo, lo que es una oportunidad para que todos se relacionen más con todos y experimenten cómo pueden divertirse también con otras alternativas.


Este Plan de Igualdad nació de la inquietud y la sensibilidad de los maestros hacia este tema. Aunque hay leyes y directrices que se pueden aplicar, a menudo de forma transversal, un plan de actuación garantiza que se implanten. "El año pasado hicimos un diagnóstico y, para nuestra sorpresa, vimos que ya había situaciones en las que debíamos actuar", explica la jefa de estudios.


Para hacer el diagnóstico se enviaron cuestionarios a todos los sectores representados en el colegio, que coinciden además con los de la sociedad. Participaron las limpiadoras y otros trabajadores del centro, las familias, los maestros y, por supuesto, los niños. Se preguntó sobre los roles en casa, los colores favoritos de los pequeños, sus referencias... Y se vio que quedaba mucho trabajo por hacer.

Un proyecto premiado

Tanto esfuerzo da sus frutos: esta misma semana, el plan ha sido premiado: el colegio ha recogido un accésit del Premio Exducere 2016 del Ayuntamiento de Zaragoza. Y esto no es más que el principio, porque uno de los próximos retos es crear un Observatorio de Igualdad, que dependerá de la comisión de convivencia del centro. Esta está dentro del Consejo Escolar, el órgano en el que tienen representación familias, maestros y otros trabajadores.


Ya a nivel general, en todas las escuelas, el Gobierno de Aragón está formando a alumnos de veinte centros de Secundaria como mediadores para que desarrollen en sus institutos acciones de sensibilización y de intervención en conflictos de género, a través del programa "Mi IES, tu IES, territorio libre de violencia de género". Como novedad, este año se empezará a hacer sesiones en los centros de Primaria adscritos a estos institutos. Serán sesiones con los alumnos de quinto y sexto en colaboración con los del instituto de referencia.


Por otro lado, en los nuevos currículos de ESO y Bachillerato se incorporan contenidos de promoción de la igualdad y prevención de la violencia de género en asignaturas como Filosofía o Educación para la Ciudadanía.

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