"Tal como estaba el hotel pudo ser tanto fortuito como un atentado"

Carlos Melgares, sargento de los bomberos de Zaragoza.

Oliver Duch
Oliver Duch

Carlos Melgares acababa de entrar al cuerpo de Bomberos de Zaragoza cuatro meses antes del incendio del hotel Corona en 1979. Ahora se ha jubilado a los 60 años. Lleva el suceso del Corona marcado a fuego porque recuerda que casi no salió vivo y solo puede contarlo gracias a los bomberos veteranos.


"Empecé en la planta primera y acabé en la terraza salvando personas. El agua no nos llegaba. Era muy complicado y el equipo autónomo se acabó en la segunda planta. Rastreando por el suelo, escuchando gritos por las habitaciones, dando patadas y sacando gente fuera a los de la autoescala", rememora. En su dilatada carrera profesional, ha estudiado el incendio del Corona y su desarrollo, y lo ha contado en varias ponencias nacionales.


El sargento explica que se produjo un "flashover" por la gran temperatura que se acumuló en la cafetería Formigal, donde los empleados intentaron sofocar el fuego con un extintor sin lograrlo, y por el oxígeno que provocaron los trabajadores al salir por la puerta de servicio. Posteriormente, menciona una explosión de la cristalera que daba a la calle de César Augusto, que provocó "un torrente de oxígeno" para el fuego. "En cuestión de minutos, el incendio pasó desde abajo hasta arriba", precisó, porque el hotel "no tenía ninguna compartición" y "la escalera era libre, enmoquetada".


"Tal como estaba el hotel, lo que ocurrió pudo ser fortuito, perfectamente, pero si soy un experto puedo acelerarlo. No me inclino a ninguna de las dos cosas. Una mano criminal con conocimientos puede hacer barbaridades pero pudo ser fortuito", concluyó Melgares.

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