El fracking se aleja de Aragón: sólo un permiso sigue operativo

La Comunidad llegó a aglutinar una veintena de iniciativas que se han difuminado por la falta de empuje institucional y empresarial.

Último mapa del Ministerio de Industria con los permisos activos, solicitados, vigentes y suspendidos. En Aragón sólo queda uno en marcha.
El fracking se aleja de Aragón: sólo un permiso sigue operativo

El fracking, técnica de fractura hidráulica para la extracción de gas natural o petróleo almacenado en el interior de las rocas, aterrizó en España envuelto en una fuerte polémica por sus potenciales consecuencias medioambientales. A grandes rasgos, la práctica consiste en inyectar agua con aditivos químicos y arena en el subsuelo para romper la roca y así tener acceso a fuentes de energía subterráneas. El principal problema que detectan sus detractores son los compuestos que se utilizan en el proceso: estas sustancias pueden llegar a contaminar los acuíferos superficiales.


Hace un lustro comenzaron a registrarse las solicitudes para iniciar los trabajos de prospección en diferentes puntos del territorio aragonés. En la Comunidad han llegado a convivir una veintena de iniciativas, distribuidas entre las tres provincias aunque con varios focos claros: la frontera más septentrional con Navarra, el Pirineo central, el Maestrazgo, el Somontano de Barbastro, Cinca Medio, La Litera, el Bajo Cinca y Los Monegros.


Pero la última foto fija facilitada por el Ministerio revela que el mapa empieza a despejarse. Esto ocurre porque los primeros permisos que se concedieron han expirado ya (o están en proceso de hacerlo) tras encontrarse con un marco legislativo poco propicio -pese a la última reforma de la ley de Prevención y Protección Ambiental-. También se toparon con una fuerte oposición que empezó en las plataformas ecologistas y fue calando al ralentí entre la población hasta llegar a las instituciones.


En la dirección general de Energía y Minas del Gobierno autonómico consta en estos momentos "un único permiso operativo en Aragón", el que corresponde al proyecto Aquiles, que plantea prospecciones en distintos puntos de las Cinco Villas y el Campo de Borja, así como en otras comarcas de la vecina Navarra. Al tratarse de una iniciativa que afectaría a varias autonomías, la gestión corresponde al Gobierno central.


Desde 2011, al menos ocho proyectos de prospección (no necesariamente ligados a la fractura hidraúlica) se han esfumado después de iniciar los trámites de la mano de la administración competente -el Ministerio de Industria, en unos casos, y el departamento de Economía del Gobierno de Aragón, en otros-. Es el caso de las iniciativas denominadas Biescas, Turbón, Plácido, Aínsa, Abiego, Peraltilla, Barbastro y Binéfar. El resto están en 'standby', camino de la supresión.Informe contrario

El informe 'El fracking: consideraciones ambientales sobre la extracción de hidrocarburos no convencionales', elaborado por el Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón, señalaba que la técnica "presenta una compleja problemática que va desde aspectos puramente técnicos, como la dificultad de conocer la magnitud e importancia de los impactos ambientales sobre el subsuelo y los acuíferos, hasta aspectos administrativos, dada la inconsistencia entre los posicionamientos de las diferentes administraciones competentes y la normativa ambiental".


El documento se acompaña de un anexo donde se señalan los estudios geológicos necesarios que se recomienda exigir para una correcta evaluación ambiental, como por ejemplo un estudio de las propiedades físicas de las rocas, de la red de fracturación natural y fallas activas, de los acuíferos, exploración de metales pesados y elementos radiactivos, modelo predictivo del comportamiento del terreno ante el fracking o una análisis de previsión de fugas de gases de efecto invernadero.

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