Casi 900 mujeres son madres en Aragón gracias a las técnicas de reproducción asistida

El Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza es el que lleva a cabo un mayor número de tratamientos.

Un médico trabaja en la Unidad de Reproducción Asistida del Servet
Un médico trabaja en la Unidad de Reproducción Asistida del Servet
JUAN CARLOS ARCOS

Las técnicas de reproducción asistida cada vez son más comunes. Prueba de ello es que, según los datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), en 2014, un total de 872 mujeres pudieron ser madres gracias a los casi 4.000 ciclos de reproducción asistida que se llevaron a cabo en Aragón. Esto supone un incremento del 50% de los tratamientos con respecto al informe del año anterior. Sin embargo, este aumento no es real. "Hasta ahora, la participación era totalmente voluntaria por lo que había muchos centros que no daban los datos", explica Fernando Prados, coordinador del registro. 


Este año, el estudio ha sido reconocido por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y por lo tanto la participación de todas las clínicas y hospitales que llevan a cabo técnicas de reproducción asistida es obligatoria. Debido a este cambio, el número de clínicas que han participado en este estudio ha aumentado un 70% en comparación con el año anterior en todo el país. Una situación similar a la de Aragón, que ha pasado de contar con cinco a tener ocho (2 públicos y seis privados).


El Registro Nacional de Actividad 2014-Registro SEF muestra que en 2014 se comenzaron 3.894 ciclos de reproducción asistida, 2.680 a través de fecundación 'in vitro' y 1.214 por inseminación artificial. La primera se basa en la extracción de los óvulos de la mujer para ser fertilizados en el laboratorio y posteriormente introducir los embriones en el útero. Por su parte, la segunda, simplemente se centra en la selección del semen que posteriormente se va a introducir en el útero de la mujer, que previamente ha recibido medicación para la estimulación ovárica.


"La tendencia de la reproducción asistida es al alza. El crecimiento es continuo y se produce especialmente en los centros privados ya que, por ejemplo, en el Servet hacemos todos los ciclos que se pueden por capacidad y personal", señala Salvador García, jefe de sección de Reproducción Humana del Hospital Universitario Miguel Servet. Según señala, cuando no se pueden tener hijos, lo primero que se prueba es la inseminación artificial. "Si no hay ningún problema de salud que lo contraindique, como que la mujer sea mayor de 38 años, esta técnica es la mejor por su sencillez", especifica García. 


Si hay algún problema grave en las trompas, si el semen es de muy escasa calidad o no se consigue el embarazo a través de la inseminación (después de un máximo de cuatro intentos), se realiza la fecundación 'in vitro'. Esta técnica se puede llevar a cabo en hospitales públicos mientras que la mujer sea menor de 40 años, en caso contrario deberá realizarse en centros privados. "Lo que marca la ley es que se puede hacer hasta la edad en la que sería posible concebir de manera natural, es decir, hasta la menopausia. Sin embargo, como no hay una edad concreta, los centros privados suelen realizarla hasta los 45 o 50 años. La barrera de los 50 nunca se pasa y generalmente pocas clínicas llegan a ella", detalla Pradas.

Unas técnicas largas y costosas

Someterse a un tratamiento de reproducción asistida es un proceso largo y costoso. Por un lado, la lista de espera para poder acceder en los hospitales públicos, aunque ha descendido, todavía sigue siendo elevada. Según detalla García, en el caso de la inseminación artificial, el inicio del proceso es casi inmediato. "Antes había que esperar algunos meses, pero desde que se delimitó de manera más concreta el tipo de mujeres para las que era aconsejable, la lista ha disminuido hasta tardar solo alrededor de un mes", explica. 


Por el contrario, en la fecundación 'in vitro', el plazo es mucho más largo: "Suele rondar los dos años desde que se acude a la primera consulta. Es decir, si una mujer ha estado en inseminación artificial y después de varios intentos no se ha quedado embarazada, no empieza de cero. A partir del paso a la 'in vitro' suele esperar unos seis o siete meses, ya que lleva más de un año en la fase anterior y tiene todos los controles hechos", puntualiza. 


En las clínicas privadas, estos tiempos se reducen y los costes se convierten en la primera información que solicitan las futuras madres. La inseminación artificial conyugal es la opción más económica con unos costes que varían entre los 600 y los 1.000 euros. Esta cifra sube a los 800 o 1.700 si es necesario un donante. La 'in vitro', al incluir el uso de más tecnologías, tiene un coste superior que ronda los 3.000 y 4.000 euros si no es necesario donante y los 7.000 si tiene que haber donación de gametos por falta o deterioro de óvulos propios. 

La fecundación 'in vitro', más exitosa

Entre las diferentes opciones, la que ofrece unas mayores tasas de embarazo es la fecundación 'in vitro'. Por ejemplo, el hospital Miguel Servet tiene una de las mayores tasas de implantación de los embriones, rondado entre el 26,4% y el 32,3% en el caso de que los óvulos utilizados sean los de la mujer. De hecho, según subraya el propio estudio, todas las clínicas y hospitales aragoneses tienen unos rangos similares a la media nacional.


El Hospital Universitario Miguel Servet sigue siendo el que más procedimientos realiza: más de 500 anuales de 'in vitro' con ovocitos propios y más de un centenar con donantes. Por su parte, Quirón, Gobest e IVI son los centros privados que más ciclos realizan con entre 100 y 500 cada una. En el lado opuesto se encuentran la Clínica Montpelier, Ginecológica de Zaragoza y el Centro Médico Ginfer, que no superan los 100 tratamientos anuales. El Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa solo practica inseminaciones artificiales. 


Asimismo, el informe demuestra que la tasa de implantación de embriones suele ser superior en el caso de que procedan de donante. Por su parte, la inseminación artificial tiene unas tasas menores de éxito, con entre el 10 y el 50% dependiendo de las circunstancias en las que se produzca. No obstante, al igual que en la 'in vitro', el que los gametos procedan de un donante suele ofrecer mayor tasa de éxito.

¿Cuáles son las razones de acudir a la fecundación 'in vitro'?

Según los datos facilitados por este registro, en los casos de fecundación 'in vitro' con ovocitos propios frescos (los únicos de los que se tiene datos), el 31.7% de las mujeres acuden a los centros por problemas propios, mientras que el 23,2% lo hacen por cuestiones de su pareja y un 22,5% por causas mixtas. Además, en un 20,9% los problemas de esterilidad tienen un origen desconocido. El 1,1% son mujeres sin pareja masculina y un 0,6% son parejas con enfermedades infecciosas transmisibles. 

Menos embarazos múltiples

La tendencia registrada en los últimos años es que se registren menos embarazos múltiples. Un objetivo que se está cumpliendo, ya que la tasa de partos múltiples en España se encuentra en la actualidad en un 20,4%. "Se intenta que se reduzcan los embarazos gemelares y de trillizos porque suelen tener más riesgos que los de un solo bebé", afirma García. Además, según destaca Prados, esta opción se puede llevar a cabo porque la calidad de la congelación de los embriones ha mejorado considerablemente. "Antes se dañaban bastante con la congelación pero ahora hemos conseguido que tengan casi la misma tasa de éxito que un embrión en vivo", recalca. 


De momento, en Aragón se está trabajando en esta línea y se puede comprobar que casi no hay situaciones de transferencia de tres embriones (la gran mayoría se dan en las clínicas privadas), mientras que cada vez tienen más relevancia la implantación de un solo embrión. No obstante, la opción más repetida sigue siendo la de los dos embriones. "Estamos intentando descender en la implantación de dos embriones, pero todavía es complicado que lo entiendan algunas madres, ya que muchas veces no les importa tener gemelos", puntualiza. De este modo, en la comunidad aragonesa los partos de trillizos están por debajo del 2% total, mientras que lo más común es que sea hijo único.

Auto inseminación, la opción no controlada

En los últimos tiempos, muchas parejas se han empezado a interesar por la autoinseminación, una técnica bastante más económica y que puede realizarse en casa. Sin embargo, esta posibilidad no está controlada por las autoridades sanitarias, por lo que se desconoce cuántas familias optan por ella. La inseminación casera se basa en la introducción de semen en la vagina a través de una jeringuilla esterilizada. La cuestión está en dónde conseguir el esperma. Las opciones son muy variadas: desde el contacto a través de un donante por internet hasta la compra a bancos de semen extranjeros.

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