Heraldo del Campo

Potencia para labrar más en menos tiempo

El incremento en el número de hectáreas cultivadas y la premura en sembrar y preparar la tierra repercute en la necesidad de los agricultores de apostar por tractores que incluso superan los 400 cv.

Tomas Yagüe y su Fendt 939.
Tomas Yagüe y su Fendt 939.

Labrar más superficie en menos tiempo y con costes más bajos. Esta es la principal razón por cual los agricultores que renuevan su maquinaria agrícola o adquieren su primer vehículo están apostando en los últimos años por tractores de mayor potencia, llegando incluso a superar los 400 cv, algo impensable hace dos décadas cuando no superaban los 80 cv e inimaginable para los padres y abuelos de estos agricultores, que también labraban con caballos, aunque en este caso eran de  cuatro patas.


Hoy en día, sobre todo en las zonas dedicadas al cultivo extensivo de secano y amplias áreas de regadío (zona del valle del Ebro y las parameras de Teruel, así como grandes regadíos en la zona de Huesca y Zaragoza), es habitual que los agricultores se inclinen por la compra de  tractores de gran cilindrada y lo hacen por una razón fundamental, la rentabilidad global, ya que estos modelos, cuyo coste no baja de los 180.000 euros, e incluso puede superar los 350.000 euros, garantizan una mejor relación coste-eficiencia por hectárea.


«Actualmente, en el caso de los cultivos de cereal, estamos obligados a preparar la tierra lo más rápidamente posible, para pasar de un cultivo a otro sin demora. Y esto solo puede conseguirse con tractores de gran potencia, capaces de labrar en el menor tiempo posible, optimizando todos los recursos que tenemos a nuestro alcance», apunta José María Salafranca, agricultor de Ejea de los Caballeros que cuenta con Challenger modelo MT775 perteneciente al grupo AGCO, con una potencia de 438 cv, homologado para ir por caminos y carreteras y que puede presumir de ser uno de los vehículos agrícolas más potentes de Aragón.


Además, el hecho de que los agricultores cada vez cultiven más extensiones de terreno, propio o de terceros, también es razón de peso para inclinarse por modelos más potentes.


«En los tractores de alta potencia, el cliente exige no solo capacidad máxima de potencia sino una óptima relación de peso/potencia, fiabilidad y mayor eficiencia del motor. Esto permite aumentar la productividad, con máximo ahorro en coste operativo por hectárea», matiza Jorge Sopena, gerente de Lamusa y Servicios, concesionario oficial de John Deere en Aragón.


Esta opinión viene corroborada por las estadísticas elaboradas por la Consejería de Desarrollo Rural, según las cuales, «en los últimos 25 años se ha producido un incremento considerable de la potencia media, que ha pasado de los 52,6 kw de los años ochenta, a 103,6 kw actuales. Además, se ha incrementado considerablemente la matriculación de tractores con doble tracción, con predominio de los rígidos sobre los articulados. Los tractores de doble tracción suponen ya más del 95% del total, igual que pasa a nivel del Estado, lo que conduce a la práctica desaparición de los modelos de simple tracción», matiza Jesús Serrano, jefe del Servicio de Ayudas Agrícolas del Departamento de Desarrollo Rural.


Tractores de gran potencia, con los últimos adelantos mecánicos y técnicos, aunque en España el récord lo ostenta un New Holland serie T9, que desarrolla su trabajo en Olite (Navarra) y que con sus 557 cv es el tractor más potente vendido en España.Doble tracción

La seguridad es otro de los factores que llevan a inclinarse por estos modelos, ya que los agricultores pasan muchas horas  encima de estos vehículos. «Es su herramienta de trabajo y, por eso, en su diseño y desarrollo los ingenieros trabajan para lograr las mejores condiciones de seguridad y de habitabilidad», señala Miguel Ángel Duce, gerente de Agromecánica Cariñena.


Otra razón que lleva a inclinarse por esos potentes modelos es la rentabilidad económica, ya que el día a día en el campo ha cambiado mucho, obligando a los agricultores a incrementar el número de hectáreas de labor. «Ahora, si queremos vivir de la tierra, tenemos que cultivar más hectáreas, y eso nos obliga a trabajarla más rápidamente, ya que, en época de siembra, en nuestra contra juegan el tiempo cronológico y el climatológico. A nuestro favor tenemos la potencia de nuestros vehículos», concluye Tomás Yagüe, agricultor de Cubel, de 32 años, propietario de un Fendt 939 de 390 cv, adquirido en Agrícola del Jalón, cuyo precio venta al publico sale por más de 250.000 euros y con el que espera trabajar al menos durante 20 años.


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