El número de mujeres jóvenes ingresadas por infarto se dispara en los últimos años

Expertos del Congreso de Cardiología achacan el aumento de la patología al cambio de los estilos de vida.

El riesgo de morir por un infarto de corazón o cerebral aumenta con la edad.
Una de cada cinco muertes en la UE se debe a un infarto de corazón o cerebral
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El número de ingresos por infarto en mujeres jóvenes se ha disparado en los últimos años. Así lo demuestran las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE), que se expusieron ayer en el simposio sobre "Las enfermedades cardiovasculares en la mujer", organizado por la Fundación Española del Corazón dentro del congreso que la Sociedad Española de Cardiología celebra hasta hoy en Zaragoza. Asisten a este encuentro 4.000 profesionales.


Las enfermedades cardiovasculares representan ya la primera causa de muerte en las mujeres, mientras que en los hombres son la segunda después del cáncer. De hecho, según explica la presidenta de la Fundación Aragonesa del Corazón, Isabel Calvo, estas patologías se han incrementado y extendido hasta incluso considerarse un problema en mujeres de los países del tercer mundo.


Pero, ¿por qué se ha producido este incremento de incidencia en este colectivo? Los expertos achacan principalmente este aumento al cambio de los estilos de vida. La incorporación de las mujeres al mundo laboral ha propiciado el desarrollo de otros hábitos perjudiciales para la salud como el fumar. De hecho, el consumo del tabaco ha crecido de manera significativa en las mujeres.


Para el presidente de la Fundación Española del Corazón, Carlos Macaya, a la hora de tratar las enfermedades cardiovasculares en las mujeres hay que tener en cuenta no solo las cuestiones biológicas y hormonales y la forma de contraer la enfermedad, sino también los aspectos sociales. "Sobre todo la marginalidad. La mujer incluso en las sociedades desarrolladas sigue siendo marginada en muchos aspectos.Desde los económicos, el empleo... Todo esto contribuye a que la mujer desarrolle una enfermedad diferente al hombre. No solo son aspectos biológicos los que influyen, sino sociológicos", destacó Macaya, jefe de Cardiología del Hospital Clínico de Madrid.


Otra diferencia con los hombres es que cuando las mujeres llegan a los servicios médicos aquejadas de una patología cardiovascular, la enfermedad está más avanzada y más difícil de tratar. "Esto es uno de los problemas más importantes y la penaliza en los éxitos de los tratamientos o en los resultados de las intervenciones quirúrgicas. Esto hace que la mortalidad incluso sea mayor", manifestó. Por ello, Macaya abogó por que la mujer se conciencie de que puede enfermar igual o peor que el hombre y se creen grupos de trabajo para debatir sobre sus patologías.


Por otra parte, ayer durante el congreso, también se debatió sobre otros aspectos de las enfermedades cardiovasculares. Se presentaron nuevas evidencias sobre nuevos factores de riesgo, como la retinopatía y la gota. En concreto, la retinopatía hipertensiva severa incrementa en más de un 10% el riesgo de reingreso hospitalario por enfermedad coronaria durante el primer año de seguimiento. Mientras, la gota, producida por la acumulación de cristales de urato monosódico en el organismo, desencadena un proceso inflamatorio que dispara el riesgo cardiovascular.

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