Más de 10.000 aragoneses consiguen contrato fijo gracias a la Inspección de Trabajo

El control sobre las empresas ha revelado, además, 9.300 empleos encubiertos en el último lustro.

La hostelería, en el punto de mira de los inspectores de Trabajo
La hostelería, en el punto de mira de los inspectores de Trabajo
Heraldo

Su labor es silenciosa, y no siempre bien reconocida, pero la acción de los inspectores de Trabajo en Aragón siempre recoge sus frutos. De su control se benefician las arcas públicas -a través de sanciones y de altas a la Seguridad Social-, pero sobre todo, los propios empleados, que ven mejoradas sus condiciones de trabajo.


Sin ir más lejos, en el último lustro Inspección ha logrado convertir 10.149 contratos temporales en indefinidos en la Comunidad. Es uno de sus principales campos de batalla, ya que numerosos empresarios retrasan esta transformación -obligatoria por ley a partir de ciertos condicionantes-, por beneficio propio.


El problema durante estos años de crisis económica y de inestabilidad laboral es que la mayoría de los trabajadores prefiere callar antes que reclamar su derecho a un contrato fijo, por miedo al despido. De ahí que los sindicatos reclamen un mayor apoyo a los empleados, y control de estas situaciones. Sea por desconocimiento del empresarios, dejadez o a propósito, lo cierto es que solo el año pasado los inspectores detectaron 1.853 empleos en estas condiciones irregulares, 300 más que el ejercicio anterior.


También fue productiva su vigilancia frente a los empleos ilegales, aquellos que directamente carecen de un contrato de trabajo. Los inspectores detectaron el año pasado 1.687 casos de este tipo, propiciando su correspondiente alta en la Seguridad Social. Es la cifra más baja de los cinco últimos años, periodo en el que, en total, se han regularizado 9.346 trabajadores.


En cuanto a la memoria de actividades de 2015 de la Inspección de Trabajo en Aragón, hecha pública recientemente, destaca la importante labor económica que lleva a cabo. Solo en concepto de sanciones se han alcanzado los 8,2 millones de euros durante el pasado año, a los que hay que sumar 24,6 millones en concepto de cuotas debidas a la Seguridad Social por los infractores.


A lo largo del ejercicio, los inspectores detectaron además a 309 personas que estaban cobrando prestaciones de algún tipo de forma irregular (paro, jubilación, invalidez, incapacidad temporal...), y se registraron un centenar de infracciones en materia de extranjería, con un total de 449 trabajadores afectados y sanciones por valor de 922.525 euros.

Calidad del empleo

Como explica el director territorial de la Inspección de Trabajo en Aragón, Román García, “tras unos años de crisis en los que se ha potenciado la lucha contra el fraude, a partir del 2015, y sobre todo este 2016 pasamos a priorizar la calidad del empleo”.


De ahí que para este año se planificaran un 100% más de actuaciones relacionadas con el tiempo de trabajo real y un 88% de las relativas a tipo de contratos aplicados. En las jornadas parciales es donde los inspectores encuentran más problemas, ya que son difíciles de detectar, pero están más que nunca a la orden del día. Es el típico caso de trabajador contratado por cuatro horas al día que termina haciendo más de diez, en la mayoría de ocasiones en hostelería y comercio.


También se controla especialmente el encadenamiento de contratos temporales que deben pasar a indefinidos, el abuso de los contratos de formación y aprendizaje, o las horas extraordinarias, entre otros.


En este sentido, García señala que uno de los aspectos que están empezando a vigilar es la obligación de la empresa a registrar cada día la jornada laboral de los trabajadores. Algo que había pasado desapercibido, pero que “está en vigor desde hace años”. De momento, las primeras inspecciones en este sentido se están llevado a cabo en grandes empresas.

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