Los casos de tosferina ya son tres veces más de los esperados a estas alturas del año

Casi noventa aragoneses han pasado la tosferina en lo que va de año. Una cifra tres veces superior a la que Salud Pública había calculado para estas alturas del año. En el último boletín epidemiológico, se informa de un nuevo afectado, por lo que se alcanzan ya los 88, cuando se estimaba que a mediados de octubre solo hubieran enfermado 27. Aunque científicamente no está comprobado, los expertos achacan este incremento al cambio de vacuna que se produjo hace algún tiempo y a su menor efectividad.

La tosferina es una infección de las vías respiratorias que se caracteriza por golpes persistentes de tos violenta, que en determinados momentos puede incluso dificultar la respiración. Su contagio se produce por el aire de persona enferma a sana. Por ello, es común que haya varios infectados en sitios cerrados, como colegios o guarderías.

En lo que va de año, se han detectado varios brotes. Uno de los más importantes es el que se produjo a finales de mayo en Huesca. Allí, se diagnosticaron en la zona de Alcolea hasta siete casos de niños de entre 7 y 10 años, cinco de ellos en un aula de un colegio. Ante esta situación, Salud Pública recomienda siempre una serie de medidas de prevención entre los más cercanos.

Aunque la tosferina puede atacar por igual a adultos y a niños, suele causar más complicaciones en bebés de corta edad. Un 30% de los casos se dan en pequeños de menos de dos meses, cuando se ponen las primeras vacunas. Por ello, desde finales de 2015, Aragón dio luz verde a la vacunación de las embarazadas durante el tercer trimestre de gestación. Esto protege a los recién nacidos, aunque no los inmuniza por completo. De hecho, según ha podido saber este periódico, Aragón ha registrado algún caso de tosferina en bebés cuyas madres habían recibido la dosis.

La vacunación de las embarazadas (unas 12.000 al año) sí que ha originado ciertos problemas de abastecimiento de la vacuna de la tosferina. Los dos laboratorios que la venden están teniendo dificultades para fabricar el antígeno y, de hecho, solo una de las compañías suministra actualmente a España. Algunos centros de salud han tenido que priorizar la inyección para las embarazadas y han retrasado la vacuna a niños de mayor edad (6 años). Ante esta situación, Salud Pública ha pedido cautela y ha hecho hincapié en que la tosferina, si se trata a tiempo, es una enfermedad que no causa secuelas.