La justicia obliga a reubicar a dos niños a los que se quitó la plaza en un colegio en 2015 por fraude

Educación informa de que este año no ha recibido ninguna acusación de falsear datos para lograr entrar en un centro.

La cifra de acusaciones a familias por falsear sus datos para conseguir plaza en el colegio elegido ha ido bajando a lo largo de los años, debido sobre todo a un número de alumnado menguante. El pasado curso, tan solo se produjo una denuncia, aunque afectaba a cinco pequeños y cuatro familias –uno de los casos era de gemelos–, todos ellos en un colegio concertado del centro de la ciudad. Y el Gobierno de Aragón, tras constatar irregularidades en los datos proporcionados, los reubicó en otros centros que sus padres habían escogido dentro del proceso de escolarización. Sin embargo, en dos de estos casos, los tribunales de Justicia han obligado a reintegrarlos en la primera escuela que pidieron, al no considerarse probado que hubieran hecho ninguna trampa.


Según reza la sentencia del Juzgado de los Contencioso Administrativo número 5, de Zaragoza, "no hay datos en el informe" que llevó a tomar esta decisión que lo puedan avalar y considera que la acusación de que los padres vivían en un domicilio distinto del que habían señalado en su solicitud no quedaba en ningún momento probada, por lo que obliga a reintegrar a los niños en el centro donde se les concedió plaza en primer lugar.


De hecho, la decisión judicial subraya que la baremación otorgada inicialmente era la que debería contar en el proceso, y, por tanto, a estas familias les correspondía la máxima puntuación por el criterio de proximidad lineal del domicilio de los alumnos.

Casos de picaresca

Esta sentencia, que ha resuelto a favor de las familias, demuestra que en ocasiones las quejas por este tipo de prácticas no siempre son verdaderas. A pesar de que la picaresca lleva a algunos padres a esgrimir falsas dolencias de sus hijos o poner como domicilio una segunda vivienda o la casa de los abuelos, para conseguir los puntos necesarios para entrar en el colegio deseado, la mayoría de las denuncias no prosperan.


En ocasiones, porque no se sostienen y, en otras, porque son difíciles de probar. Alguno de los afectados incluso llegaron a contratar detectives en cursos anteriores para que confirmaran si las sospechas de engaños en la documentación remitida eran verdaderas.


En 2014 fueron 25 las reclamaciones que recibió Educación en este sentido, pero solo se le llegó a retirar la plaza a tres familias. El año anterior, fueron 38 los padres denunciados y, de ellos, 31 lograron finalmente entrar en el centro escogido. Sin embargo, el Departamento de Educación ha confirmado que este año no se ha producido ninguna denuncia de este tipo, una situación inédita en los últimos años. Además de los mencionados anteriormente, ha habido comienzos de curso especialmente difíciles en este sentido, como el del 2008, donde hubo más de 80 acusaciones de fraude, de las que más de 50 fueron finalmente atendidas en favor de los demandantes.


La mayoría de estos casos se concentra en la zona 5 de Zaragoza, una circunscripción muy amplia que abarca todo el centro de la ciudad. El motivo de intentar engañar a la Administración es sumar puntos para tener más opciones de entrar en una escuela determinada.


La asignación de un centro educativo u otro depende de su proximidad al domicilio familiar o al lugar de trabajo de los padres, aunque este año este segundo criterio no contaba tanto como el primero. Tener hermanos matriculados en el centro al que se quiera optar, progenitores trabajando en él, la renta familiar, la condición de familia numerosa o de una discapacidad también dan más puntos en la obtención de plaza escolar.

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