Aragón ha perdido en los últimos seis años casi 200 arquitectos. Según los datos facilitados ayer por su colegio profesional, en 2008 había 1.232 colegiados, número que ha caído hasta los 1.047 actuales: 185 menos.

Aunque en estos años la cifra de profesionales en activo no ha sufrido una gran variación, más bien se ha estancado (había 954 en 2008 y hay 951 ahora), para el decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, Ricardo Marco, el descenso del número de colegiados en la Comunidad es muy sintomático. Significa, explica, que a pesar de la cantidad de arquitectos que salen anualmente de las dos escuelas de arquitectura que hay en la Comunidad, la mayoría de los graduados no se colegian para ejercer la profesión.

Para Marco, la razón de esta evolución y de la situación actual es clara: "No es casual sino causal. Se debe –asegura– a la crisis económica; la burbuja inmobiliaria y financiera, que amenaza con ser sistémica". Según su percepción, la profesión de arquitecto ha sufrido "un giro copernicano". "Desde 2009 –apunta– la incertidumbre y la atonía están dominando el escenario económico" del sector, lo que ha obligado a los profesionales en activo a buscar otras vías de ingresos, otros nichos de trabajo, ante la falta de obras de envergadura en la Comunidad. Proyectos relacionados con la rehabilitación de edificios y la remodelación urbana, valoraciones e informes técnicos están ayudando a muchos profesionales a mantenerse a flote.

Caída de ingresos

Teniendo en cuenta que el Colegio obtiene el grueso de sus ingresos de visar proyectos, este cambio en la tipología de la actividad está afectando, a su vez, al mantenimiento económico de la propia entidad. Marco explica que desde 2009, los ingresos del Colegio han descendido un 90%; una caída que rondaría el 60% si se comparan con un año normal, menos excepcional y emblemático que 2008 (por la Expo de Zaragoza). "En los últimos tres años –dice– han aumentado entre un 3% y un 7%, pero esta recuperación sigue siendo muy lenta".

Esta caída en los ingresos del Colegio son un reflejo de la cantidad y la calidad de los proyectos que se están realizando actualmente en la Comunidad: "No nos llegan actuaciones de peso. Ha descendido tanto el número de los proyectos como su importancia económica". Pese a ello, el decano se muestra optimista y cree que la profesión será capaz de salvar este bache. Como ayuda para lograrlo, a corto y medio plazo solicita a las administraciones que estimulen la rehabilitación de viviendas y edificios. Considera que tan eficaces como las subvenciones y las ayudas económicas pueden ser otro tipo de compensaciones como una reducción del IBI, la rebaja en las licencias de obra, la puesta en marcha de créditos blandos para pagar las obras, etcétera. "Coyunturalmente –asegura– este (la rehabilitación integral) es el futuro, tanto para Zaragoza como para los ciudadanos y los profesionales de la arquitectura". Y argumenta que con la bolsa de viviendas construidas que aún está por vender en toda España, el sector tardará en recuperarse.