Distritos tradicionales: la rehabilitación como medio de supervivencia

La ciudad necesita recuperar sus cascos históricos con pisos dignos y polos de atracción.

Tras unos años en los que Zaragoza miraba hacia el extrarradio casi exclusivamente, llega la hora de dirigir el objetivo a los barrios tradicionales. Estos llevan años lanzando señales de socorro, alertando de que sus condiciones de habitabilidad cada vez son peores y de que, como consecuencia, no paran de perder población. La rehabilitación de viviendas, la mejora de los espacios urbanos y la generación de polos de atracción son los retos ante los que se plantan los cascos históricos de estos barrios.


Se calcula que en la ciudad hay 60.000 pisos sin ascensor, y que en 15.000 de ellos ni siquiera se puede instalar. Esto supone un problema de primer orden para sus dueños, habitualmente personas mayores. Casi siempre, a esta característica se suman unas malas estructuras, deficientes cerramientos... Los jóvenes del barrio emigran a la periferia, y algunas zonas se están convirtiendo en pequeños guetos.


Para evitarlo, la rehabilitación tiene el reto de hacer atractivas y eficientes estas viviendas. En los últimos años, la escasez de subvenciones ha frenado la reforma de los miles de pisos que lo necesitan. En los llamados ‘conjuntos urbanos de interés’ –las conocidas como viviendas sindicales–, por ejemplo, se han renovado integralmente 381 de las 8.560 que existen.


En paralelo, la ciudad se enfrenta al objetivo de recuperar los miles de metros cuadrados de equipamientos vacíos que tiene, como hizo con la Azucarera y está haciendo con la Harinera. Pontoneros, donde se quieren hacer viviendas de alquiler, es el siguiente objetivo.Análisis dafo

Debilidades: Pisos de más de 50 años, algunos sin ascensor, calles degradadas y una población envejecida y, en algunos casos, distribuida en ‘guetos’.


Amenazas: La crisis económica ha supuesto un importante frenazo tanto para los particulares como para las subvenciones de las administraciones.


Fortalezas: La ubicación de los barrios históricos y la cercanía de todo tipo de comercios hacen de ellos un sitio apetecible para vivir.


Oportunidades: El frenazo en la construcción hace que las empresas se vuelquen en rehabilitar. Las exigencias energéticas pueden atraer subvenciones.Los expertos opinan


Óscar García, gerente de la federación de asociaciones de barrio: "Hemos sumido a los barrios en una situación límite por una expansión que ahora se ve que no tenía sentido. Hay que apostar por la rehabilitación para hacer atractiva la vida en los barrios y evitar la fuga de jóvenes".


José Luis Rivas, presidente de la unión vecinal cesaraugusta: "La degradación es constante en la zona del Casco Histórico. Muchas viviendas necesitan un arreglo urgente o incluso ser derruidas y construidas de nuevo. No hay un centro cívico ni uno para personas mayores".

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