La fotovoltaica aragonesa crece más en el extranjero que dentro de la Comunidad

Ante el escaso crecimiento de las renovables en España, varias empresas han comenzado a expandirse por América Latina, Asia o África con éxito.

Instalación de energía fotovoltaica en Aragón
Instalación de energía fotovoltaica en Aragón
JAVIER BLASCO

Energías renovables en Aragón sí, pero mientras se acaba de afianzar la regulación, mejor en el extranjero. El sector fotovoltaico aragonés lleva ya más de tres años prácticamente parado en lo que respecta a la creación de nuevas plantas. Una situación que en parte se achaca a la reforma energética llevada a cabo durante la última legislatura, que en primer lugar redujo las primas que recibían los inversores en energía solar y que, hace justo un año, se cerró con la regulación del autoconsumo eléctrico.


Aunque el Decreto que regula el autoconsumo finalmente entró en vigor con algunas exenciones, como no aplicar la totalidad de los llamados peajes -popularizados con el nombre de impuesto al sol- a las instalaciones más pequeñas de menos de 10 kilovatios que podrían implantarse en casas y pequeñas edificaciones, el sector asegura que ha dejado un halo de desconfianza.


“Ahora mismo en Aragón estamos haciendo poca cosa más allá de reparaciones y de instalaciones aisladas” señala Manuel Burrel, ingeniero industrial de Solingenia, una empresa oscense que, como muchas otras, ha comenzado a trabajar en el extranjero ante la escasa actividad dentro del país.


“Hemos conseguido proyectos en Guatemala, Nicaragua y Costa Rica. Allí hacemos lo que antes hacíamos aquí, instalar directamente plantas solares y poner en marcha sistemas de autoconsumo”, señala, haciendo hincapié en que en varios de estos países existen mecanismos más permisivos que los que finalmente han acabado aprobando en España, donde además ahora, la nueva normativa tampoco acaba de poner las cosas fáciles.


“En estos países se aplica total o parcialmente el balance neto, que aquí ha quedado desterrado frente a la apuesta que se ha hecho en otros países de la UE”, comenta, en referencia a este sistema, que consiste en que cuando una instalación de autoconsumo genera más energía de la que consume la cede a la red; y después la toma de esta cuando no produce y la necesita sin coste alguno. Por ejemplo, por la noche.


“El problema principal es que todos los trámites que hay que hacer convierten el autoconsumo en una misión muy complicada si no conoces la regulación, pero es importante trasladar el mensaje de que se puede hacer y que es rentable”, explica Manuel Balet, delegado de la Unión Fotovoltaica (UNEF) en Aragón y fundador de Enerland Group, una compañía zaragozana que por ejemplo instaló el sistema de autoconsumo con el que cuenta Puerto Venecia, y que ahora se ha encargado de su legalización en base a las nuevas normas.


En su opinión, cuando se habla de energías renovables siempre hay que ser “optimista”. “Al final las cosas acaban cayendo por su propio peso. Aunque haya trabas la tecnología avanza tan rápido que podemos adaptarnos”, cuenta. Su empresa ha conseguido cerrar este año una docena de proyectos en España -aunque no en Aragón- para poner en marcha sistemas de autoconsumo. Sin embargo, reconoce que el tamaño de los proyectos es mucho más reducido aquí de los que están iniciando fuera de nuestras fronteras.


“Ahora vamos a instalar un parque bastante grande en Colombia, y tenemos también proyectos en otros países del cono sur y América Central, Filipinas o en Arabia Saudí”, señala Balet, que también repite la percepción de otros miembros del sector: “lo que hemos desarrollado aquí ahora lo estamos haciendo fuera”.


Y es que, la potencia instalada de la Comunidad en energía solar se ha estancado en torno a los 170 megavatios, mientras que las instalaciones de autoconsumo conectadas a la red, que se habían creado unas 50 desde 2013, también están en punto muerto.


Desde el sector se explica que por el momento la nueva regulación es como si no existiera. Sí que se han registrado algunas instalaciones (apenas unas 300 en toda España) pero no se está sancionando ni recaudando el impuesto. “En mi opinión, la regulación acabará cambiándose de nuevo más pronto que tarde porque la actual es como pegarse un tiro en el pie, y tarde o temprano se acabarán dando cuenta. De momento, con el bloqueo político, parece que no se está poniendo en marcha”, explica Manuel Benedí, socio de AMB Greenpower, otra empresa aragonesa que ha comenzado a trabajar en el extranjero, en concreto, con varios proyectos en el norte de África.

¿Y qué pasa con el autoconsumo en el hogar?

El autoconsumo en el sector residencial podría ser una de las vías de negocio del futuro de no haber una regulación tan embarullada, según denuncian desde el sector fotovoltaico. Según las estimaciones que hizo UNEF después de conocerse el Decreto, instalando placas solares de algo menos de 2 Kw (lo que se recomienda para una vivienda media), se puede ahorrar en la factura de la luz, pero realizar la instalación completa puede suponer desembolsar entre 4.000 y 6.000 euros, y su tiempo de amortización puede llegar a ser superior a los 16 años. Demasiado tiempo para que las familias se animen.


Pese a esto, desde Aragón, donde la DGA recurrió el Decreto ante el Supremo, se sigue manteniendo la apuesta por este tipo de instalaciones. Sin ir más lejos, esta pasada semana las Cortes aprobaron por unanimidad una proposición no de Ley impulsada por el grupo de Podemos para implantar una ventanilla única en la administración que simplifique los trámites a todas aquellas familias y empresas que quieran interesarse.

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