"El desierto está mejor que nuestros campos de girasoles"

Los cultivos de regadío se mantienen haciendo uso de los pozos diseminados por los campos, lo que supone un incremento de los costes estimado entre un 25% y un 30%.

Girasoles afectados por la sequía en Villafranca.
Girasoles afectados por la sequía en Villafranca.
Jorge Escudero

Salvo la pequeña y localizada tormenta que logró refrescar el ambiente de algunos pueblos la semana pasada, en la comarca turolense del Jiloca las tierras se agrietan por falta de lluvia, incapaces de hacer germinar vida en su superficie.

"Soportamos periodos secos, sin lluvias desde hace tres años", se lamenta Daniel Bujeda, agricultor de Villafranca, delante del campo de girasoles que cultiva, un terreno que parece devastado por las plagas de Egipto.


Lo peor para los agricultores de esta zona turolense es que la reiteración de años sin precipitaciones ha provocado que el estiaje se haya colado hasta las más profundas capas del subsuelo haciendo prácticamente inviable cualquier siembra. "Las raíces no prosperan después de tres años de sequía extrema", aseguró Roberto Sanz, secretario provincial de UAGA en Teruel. "Es tan grave la situación –añadió– que ni con una tormenta fuerte se hidrataría la tierra. Serían necesarias lluvias continuadas o nevadas como antes, de 70 u 80 centímetros de espesor en invierno".


Los cultivos de girasol, que en estas fechas hubieran supuesto uno de los principales sustentos para los agricultores de esta zona turolense, lucen ahora como terrenos baldíos. "El desierto está mejor que esto", indica gráficamente Daniel Bujeda. "No hemos podido recolectar absolutamente nada", añade

Para el agricultor, la situación que padece el campo este verano es "excepcional", y asegura que ha afectado a todas las cosechas, comenzando por los cereales a principios de la campaña.


Los cultivos de regadío se mantienen haciendo uso de los pozos diseminados por los campos, una situación que ha supuesto, según Roberto Sanz, un incremento de los costes estimado entre un 25% y un 30%.


A los desastres agrícolas hay que sumar los de la ganadería extensiva. Sanz señala que la falta de lluvia ha dejado sin pastos a la comarca, cuando en situación normal y debido a la bajada del censo de agricultores, "hubiera habido más que de sobra".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión