Las escuelas dan vida a los pueblos y condicionan su futuro. Este jueves, el primer día de cole se vivirá con mucha alegría en Nueno (que reabre su escuela cerrada desde 1980), y tristeza en Villar del Cobo (que cierra tras la marcha de cuatro niños y bastante polémica en el pueblo). Los vecinos no han sabido que el cierre era definitivo hasta hace unos días.

La escuela de Villar del Cobo (Sierra de Albarracín) terminó el curso pasado con siete niños y la previsión era que siguiera abierta, como lo hacen otras 20 con seis alumnos o menos en otros municipios de Aragón. Sin embargo, el despido del alguacil y las diferencias políticas en el pueblo han llevado a su cierre.

El Ayuntamiento decidió despedir en junio al alguacil, Rafael Ivars, que había venido hace dos años con su familia desde Cuenca para ocupar el puesto. Tras terminar el curso escolar, la familia se marchó del pueblo con sus tres hijos. Ante las dudas sobre el futuro de la escuela, otra pareja decidió trasladarse a vivir a Teruel y matricular ahí a su hijo, de 5 años. Quedaban tres niños: uno es el hijo de una familia trashumante que solo pasa un par de meses al año en el pueblo; los otros dos no han sabido hasta hace unos días dónde iban a llevar a sus hijos. Finalmente, "y con gran dolor de corazón", a Griegos.

Tras la marcha obligada del alguacil, las otras tres familias con niños del pueblo lamentan que el Ayuntamiento no les ha dado soluciones y creen que se podría haber salvado la escuela. Durante el verano han estado esperando hasta que hace unos días decidieron matricularse en Griegos. Desde la DGA señalan que la ratio mínima en la escuela rural es de 4 alumnos, aunque excepcionalmente se puede abrir un colegio con 3 si hay expectativas de que crecimiento demográfico en el futuro. En estos casos se pacta con los ayuntamientos y las familias."El pueblo se va a morir poco a poco"

La escuela de Villar del Cobo ya estuvo a punto de cerrar hace dos años. Entonces, la anterior corporación (del PSOE) consiguió salvarla con la llegada de dos familias (una de ellas, la del alguacil) a las que ofreció trabajo y condiciones ventajosas de vivienda. Ahora, el futuro de la escuela se ha mezclado con las diferencias políticas en el pueblo. El actual equipo de gobierno (del PP con apoyo del PAR) aprobó en junio la supresión de la figura del alguacil. Su marcha con sus hijos ha sido determinantes para la situación de la escuela.

"Queríamos seguir en el pueblo, pero nos hemos visto obligados a irnos. Con mucha pena nos hemos trasladado a vivir a Teruel y hemos matriculado ahí a nuestro hijo, de 5 años. El despido de nuestro alguacil fue muy injusto. El alcalde le ha hecho un profundo daño a nuestra escuela y a nuestro pueblo. Cuando se cierra una escuela, se cierra con ella la vida del pueblo: se van yendo los vecinos, se van perdiendo servicios y el pueblo se muere poco a poco", lamenta Conchi Figueredo, madre de uno de los niños.

"Llevábamos doce años en el pueblo y sentimos una gran pena. Vinimos de Cartagena e hicimos una apuesta por vivir en el medio rural", subraya. Su marido, concejal del PSOE, lleva la farmacia del pueblo. Ahora irá y vendrá cada día desde Teruel (a unos 75 kilómetros y una hora de viaje). Ella trabaja desde casa para una empresa de Madrid, a donde va un día a la semana.