Un verano con alto riesgo salvado, hasta ahora, sin fuegos virulentos

Desde junio hasta principios de septiembre se han contabilizado 159 fuegos en Aragón, que han quemado 700 hectáreas.

Labores de refresco en la zona afectada por el fuego.
Labores de refresco en la zona afectada por el fuego en San Gregorio.
J. M. Marco

El verano en Aragón está siendo, por lo menos hasta el momento, muy seco. Las consecuencias de este hecho se han dejado notar tanto en el riesgo de incendio como en las prealertas de riesgo por incendio forestal que ha registrado la comunidad en los meses estivales. Así, un 44% de los días de verano han sido de prealerta extrema, cuando la media de 2012 a 2015 se sitúa en el 18%.


El elevado porcentaje se debe a las temperaturas, la ausencia de precipitaciones y la sequedad del combustible. “Numerosos días de este verano hemos tenido alertas extremas, en mayor proporción que otros años. Ha sido una temporada de mucho riesgo, pero no ha tenido como consecuencia que hayamos registrado más incendios ni incendios más virulentos”, explican desde el Gobierno de Aragón.


Esto va asociado a una menor cantidad de igniciones, al haberse producido, entre otros factores, pocas tormentas, menos accidentes y menos negligencias. Como ejemplo, el pasado domingo, día en el que la prealerta extrema fue declarada en toda la Comunidad. “El riesgo persistirá mientras no llueva”, señalan.


Hasta inicios de septiembre, en concreto hasta el día 4, se habían contabilizado 262 incendios en 2016. De ellos, un total de 159 se han producido durante los tres meses de verano y la superficie quemada ha superado las 700 hectáreas. Mientras, en lo que va de año, la cifra de superficie quemada asciende a 844 hectáreas.


Carlos Cacho, jefe de servicio de Gestión de los Incendios Forestales y Coordinación del Gobierno de Aragón, destaca que este ejercicio no se ha registrado oficialmente ningún gran incendio forestal –afecta a más de 500 hectáreas forestales-. “Aragón suele presentar 1,2 grandes incendios forestales al año y lo habitual es que se den en esta época de alta activación. El que no haya habido ninguno se puede calificar de positivo, pero con la prudencia de que todavía no se puede hacer balance y de que eso no significa nada”, detalla.


La gran mayoría de esas más de 700 hectáreas quemadas desde junio corresponden a cinco incendios: los ocurridos en Lecina, San Juan de la Peña, Fornillos, Ejulve y San Gregorio, todos ellos en agosto. “Todos los fines de semana de ese mes se han quemado prácticamente una media de 100 hectáreas forestales”, resume el responsable del servicio. De estos cinco incendios, cuatro de ellos fueron declarados de nivel 1, comportando situaciones de riesgo para la población y los bienes no forestales, y traduciéndose en evacuaciones, cortes de carreteras…


Durante julio y agosto, el total de incendios ha oscilado entre los 12 y los 15 semanales. De ellos, entre 8 y 10 son conatos –afectan a menos de una hectárea forestal- y, el resto, corresponden a superficies medias. Este año, el porcentaje de conatos alcanza el 75% y, de momento, “se está manteniendo la estadística de que el 80% de los incendios que se producen en Aragón se quedan en conato”.


Las anteriores cifras son algo más bajas que las registradas de media en los últimos 15 años pero, “ni mucho menos, son las mejores cifras”, señala Carlos Cacho, pues 2013 o 2014 fueron cursos más positivos. Si bien, el balance actual es aún provisional: “Los números van ligados a un llamamiento de que no hay que bajar la guardia, todavía quedan días de riesgo que deben acompañarse de medidas preventivas por parte de la ciudadanía”.

El 27% de los fuegos, causados por negligencias

Uno de los causantes principales de los incendios de verano es el rayo. Las estadísticas de la DGA indican que el 40% de los fuegos estivales que se producen en Aragón se deben a estos, una cifra que en Teruel asciende al 80% y que la convierte en la provincia con mayor porcentaje de incendios causados por este factor en España. En 2016, desde enero hasta finales de agosto, el 20% de los incendios se han asociado a esta causa “al haberse producido muy pocos episodios de tormenta”.


La mayoría de los fuegos, un 27%, se han desencadenado a partir de negligencias. Cacho explica que estos “se podrían haber evitado con una actuación diligente de los causantes” y ejemplifica actividades realizadas de forma inadecuada en el monte como una barbacoa mal ejecutada o una quema de restos que se escapa. Mientras, el 24% se han debido, hasta ahora, a accidentes; y el 16% se han originado a raíz de causas desconocidas, pues no se conoce su origen. Los incendios reproducidos, originados a consecuencia de la reactivación de un fuego anterior, no alcanzan el 1%, una cifra “muy buena” para Cacho.


La cifra de incendios intencionados, del 13%, es positiva comparada con el resto del país. “Es estable pero preocupante, porque siempre se puede mejorar enfatizando en la concienciación y la sensibilización, intensificando la vigilancia en los montes…”, argumenta el jefe del servicio de Gestión de los Incendios Forestales y Coordinación del Gobierno de Aragón.


En cuanto a los puntos más conflictivos, teniendo en cuenta las posibilidades de que se produzca fuego en ellos y sus consecuencias, Aragón posee diversas zonas declaradas de alto riesgo de incendio forestal, que engloban una considerable superficie de la comunidad autónoma. Así, Carlos Cacho apunta que los puntos que históricamente han registrado incendios forestales más graves son el Prepirineo, los Montes de Zuera y el entorno del Sistema Ibérico.

Hasta el 15 de septiembre

La campaña de verano de alta activación –periodo del año en el que estadísticamente se dan mayor número de incendios y de riesgo- se extiende desde el 15 de junio hasta el 15 de septiembre. “En función de los primeros quince días de septiembre valoraremos si se cierra entonces o se prolonga, pero todavía es pronto para determinarlo. Al margen de la oficialidad de la campaña estival, los medios continúan trabajando durante octubre e incluso noviembre con tareas de prevención”, explica Cacho.


Desde el Gobierno de Aragón inciden en esa prevención como vía para tratar de reducir el número de incendios y sus efectos. Los trabajos de prevención engloban la sensibilización y la divulgación ciudadana, pero también incluyen acciones ejecutadas sobre el territorio como, por ejemplo, la modificación de combustibles, los trabajos en las masas forestales y en infraestructuras como balsas de agua, caminos o torres de vigilancia, entre otros.

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