No critique a la hija del presidente

Harry Truman reaccionó ferozmente y por escrito cuando el crítico musical del Washington Post criticó las cualidades vocales de su hija.

Noticia publicada hace 50 años.
No critique a la hija del presidente
Documentación

¿Quién dijo que ser crítico de música no era una profesión de riesgo? Las críticas siempre han sido un elemento básico en la información cultural. Las reacciones que generan, eso sí, han motivado en muchas ocasiones situaciones desagradables, con abundantes episodios violentos. Cuando el enfado por una mala crítica viene del hombre más poderoso del planeta, como suele llamarse al presidente de Estados Unidos, la cosa es más grave. Harry Truman reaccionó ferozmente y por escrito en diciembre de 1950 cuando el veterano crítico musical del Washington Post Paul Hume escribió una crítica irónica de claro sentido negativo sobre la capacidad vocal de Margaret, la hija del presidente, tras un recital en el Constitution Hall de la capital estadounidense. Los periodistas preguntaron a Hume si pensaba vender la carta del presidente, a lo que éste contestó: “No me tienten”. Pues bien, ahora se cumplen 50 años de la venta de esa agresiva carta por unos treinta mil duros.


HERALDO DE ARAGÓN se hizo eco de la noticia en su portada del 10 de diciembre de 1950.


Un crítico musical, amenazado por el presidente Truman

Piensa "romperle las narices" si lo encuentra.


WASHINGTON. Paul Hume, el crítico musical a quien el presidente Truman ha dicho que “piensa romperle las narices si le encontraba” por haber hecho una crítica desfavorable a su hija Margaret, ha manifestado a los periodistas que no se siente ofendido. Agregó que el presidente está demasiado ocupado para perder tiempo en esta cuestión. Hume fue preguntado acerca de su pensaba vender la carta del presidente y contestó: “No me tienten”. Efe.


16 años después la carta se vendió. Así lo contó HERALDO el 6 de septiembre de 1966.


Truman y la crítica musical

Hace unos días se ha vendido en Nueva York, en pública subasta, una carta del presidente Truman a Paul Hume, crítico musical deI Washington Post, en la que se lee lo siguiente: «Espero tener el placer de encontrarle un día de éstos. Pero ese día, usted tendrá necesidad de encargarse una nariz nueva y una gran cantidad de bistecs crudos para colocárselos encima de sus ojos morados y probablemente tardará usted bastante tiempo en poder sentarse». En suma, el irascible Harry le prometía a Hume una soberana paliza porque se había atrevido a decir que la hija del presidente, la soprano Margaret Truman, cuyos contados triunfos coincidieron muy significativamente con la época del mandato de su padre, «no cantaba demasiado bien».

Se calcula que por el regocijante documento se han pagado unos treinta mil duros.



Recopilado por Elena de la Riva y Mapi Rodríguez. Documentación de Heraldo de Aragón.

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