Sanidad dará más incentivos a los médicos para cubrir plazas en las zonas rurales con problemas

Ha fijado una reunión en septiembre para hablar de las propuestas y tener una plan en octubre. El 16% de los doctores pasa consulta en dos o más pueblos y faltan especialistas en algunos hospitales.

El consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, visitó ayer un centro de salud.
El consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, visitó ayer un centro de salud.
Guillermo Mestre

La dispersión geográfica y el envejecimiento forman parte del ADN aragonés y repercuten decisivamente en la logística de su sistema sanitario. No solo es difícil cubrir plazas en los hospitales periféricos (este año ha sido noticia la falta de ginecólogos en Jaca, pero también se necesitan con urgencia traumatólogos en Calatayud, cardiólogos en Barbastro o radiólogos en Huesca); sino también es muy costoso conseguir suficiente personal en los centros de salud y los consultorios de algunas zonas. Estas vacantes –que suelen concentrarse en pequeños núcleos del Pirineo o el Maestrazgo– son poco atractivas para los profesionales, algo que choca con el derecho de los pacientes a ser atendidos en las mismas condiciones que el resto.


Los problemas han vuelto a aparecer este verano y el Salud trabaja para compensar –de forma económica o con medidas más administrativas– a los profesionales que elijan este tipo de destinos. Al finalizar el curso ya se mantuvieron los primeros contactos con los sindicatos, y a mediados de septiembre se ha fijado una reunión para reactivar el asunto. Está previsto que, en octubre, se pueda presentar la primera propuesta, que se incluirá dentro del plan operativo de acceso y permanencia en el empleo público del Servicio Aragonés de Salud.


Esta estrategia de personal es ambiciosa, y también establecerá todos los mecanismos relacionados con la incorporación de trabajadores a este servicio y abordará las alternativas para suplir la falta de especialistas con, por ejemplo, la prolongación de la vida laboral de los que ya están. El consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, hizo ayer hincapié en la importancia decisiva de la atención primaria como llave de la sostenibilidad del sistema (en concreto, visitó el centro de salud de Torrero-La Paz) y reconoció que, por ejemplo, faltan traumatólogos en Aragón, lo que complica todavía más reducir la lista de espera, aunque se va consiguiendo poco a poco.


Aparte de los incentivos materiales, otras opciones son facilitarles una mayor formación o promocionarles por medio de la carrera profesional. También es necesario identificar los centros de salud y hospitales que ofrecen los puestos de trabajo que arrastran más dificultades para atraer a profesionales.

Más plantilla

Aragón tiene una población muy dispersa: hay 22 comarcas sin población urbana y cuatro que no cuentan con ningún municipio con más de 2.000 habitantes. Sobre muchas de ellas pesa un enorme envejecimiento.


Esto hace que haya que invertir más recursos para garantizar un acceso a la sanidad en igualdad de condiciones desde cualquier punto. Tanto es así que el 19% de los médicos de familia de la comunidad (unos 168 galenos) tienen asignados a menos de 500 pacientes cada uno (la Organización Mundial de la Salud fija como ratio ideal unos 1.500). Además, el 16% de todos ellos pasan consulta en dos o más centros o consultorios médicos.

La media de profesionales de cabecera por 1.000 habitantes es de las mayores de España (0,88 en Aragón frente al 0,76 nacional) y una población envejecida acarrea, además, una mayor frecuentación de los servicios sanitarios. Urge tomar medidas, sobre todo porque, además, en unos años no se habrán formado suficientes médicos de familia si no se traza una estrategia.


El nuevo plan de recursos humanos hace un análisis de los facultativos y la previsión de jubilaciones hasta 2020. Y los datos son realmente preocupantes. De los alrededor de 2.631 médicos especialistas que actualmente hay en activo, se calcula que se jubilarán 400 efectivos durante los próximos cuatro años. Es decir, un 15,20% de los profesionales (tanto en hospitales de las capitales como de la periferia) no estarán disponibles. Entre los que más escasean están los radiofísicos y los cirujanos generales.


Pero, además, los responsables del Servicio Aragonés de Salud han detectado problemas en la sustitución de los médicos de familia. De los 901 facultativos que había en activo a finales del año pasado, 279 se habrán jubilado en 2020 (lo que supone un 30,97% del total). Muchos de estos galenos se encuentran en pueblos de difícil cobertura, que muy pocos están dispuestos a solicitar con las condiciones actuales.

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