Los pueblos del Gállego exigen tomas de agua y la DGA solo garantiza más control

El Gobierno dice que son obras "caras para tan poca población" y ofrece reforzar la vigilancia. Seis ayuntamientos piden captaciones desde Sabiñánigo y Bardenas y el Gobierno dice que "son obras caras".

Los ayuntamientos de la cuenca del Gállego que siguen bajo la amenaza de la contaminación por el lindano de Inquinosa tienen claro que la única manera de librarse de ella es disponer de abastecimientos de agua alternativos a este río. Llevan demandando estas nuevas captaciones desde que hace casi dos años estallara la crisis que dejó a más de una docena de localidades sin poder beber del grifo durante semanas. Pero para la DGA, es suficiente con reforzar las medidas de control. Y además, es mucho más barato que cualquiera de las opciones barajadas por el Instituto Aragonés del Agua (IAA) para construir conducciones desde Sabiñánigo y el canal de Bardenas.


La directora de este organismo, Inés Torralba, reunió en julio a los seis alcaldes implicados (Caldearenas, Biscarrués, Ardisa, Marracos, Piedratajada y Santa Eulalia de Gállego) para presentarles cinco alternativas. Su presupuesto oscila entre los 1,5 millones y los 12,3.


El pleno de cada ayuntamiento debía decidir antes del pasado día 15 cuál era la solución que más le convenía, aunque según explican los alcaldes, Torralba ya les advirtió de que el Ejecutivo PSOE-CHA solo podía sufragar la opción más económica, que pasa por reforzar el sistema de filtros de carbón que hay en las potabilizadoras de los núcleos afectados desde el episodio de contaminación de 2014. El IAA mantendría las instalaciones durante cinco años. Además, estas dispondrían de un control telemático para, en caso de detectarse un pico del pesticida, proceder a cortar la entrada de agua del Gállego en los depósitos. Y en Casas de Esper (Ardisa), también se plantea una nueva captación desde el barranco de Isuerre. Todo costaría 1,5 millones y los trabajos podrían iniciarse en breve.


Pero a los ayuntamientos no les convence esta solución, que consideran "un parche", y exigen ejecutar nuevos abastecimientos "realmente seguros". Los municipios se decantan por una traída desde el canal de Bardenas para beber agua de Yesa. Y de los tres proyectos propuestos por los técnicos –el más barato costaría 4 millones, el intermedio, 5 y el más completo superaría los 8,7–, la mayoría apuesta por el segundo, que permitiría abastecer a Biscarrués, Ardisa y su núcleo de Casas de Esper, Marracos y Piedratajada.


"Es la alternativa perfecta y la que necesitamos para zanjar esto de una vez", dice Ángeles Palacio, alcaldesa de Ardisa. "La situación económica es complicada –señala–, pero es el problema de contaminación más importante de Europa". Por ello, reclama a la DGA y al Gobierno central "que se muevan y vayan a Bruselas a conseguir financiación".


Lo mismo opina su homólogo de Biscarrués, José Torralba. Pide la implicación del Ejecutivo central, "que no ha puesto gran interés", y de la UE. Sabe que la conexión con el canal de Bardenas sería un proyecto "a largo plazo", pero urge "ponerse manos a la obra para ejecutarlo lo antes posible". "No renunciamos a esta solución", avisa.

"La gente no se fía"

Antonio Artaso, primer edil de Marracos, señala que aunque los resultados de las analíticas sean normales, "la gente sigue sin beber del grifo" y solo la captación desde el canal de Bardenas ofrece una garantía total. "Nos han engañado muchas veces y nadie se fía", admite José Antonio de Sus, regidor de Piedratajada, que ve "ridículo" que haya "tantos problemas" para tomar agua del canal, que está a 5 km del pueblo, "lo mismo que el Gállego", dice.


En Santa Eulalia, se planteaban dos posibles captaciones, una desde el barranco del mismo nombre (más de 600.000 euros) o la de Bardenas, que encarecería el proyecto hasta los 8,7 millones. Pero el alcalde, José Antonio Casaucau, recuerda que "hace años ya se hizo un informe de la Confederación Hidrográfica que concluyó que en el barranco de Santa Eulalia no había agua para todo el año, y el IAA tampoco lo garantiza ahora". "Solo es fiable al 100% traer el agua de Bardenas", reitera.


El Ayuntamiento de Caldearenas –del que dependen Javierrelatre, Latre, Estallo y Anzánigo–, ha optado por el refuerzo de los filtros de carbón y el resto de medidas complementarias. "Pero exigimos el compromiso de la DGA para que cuando se pueda se traiga el agua desde Sabiñánigo", explica el alcalde, Primitivo Grasa. La conducción costaría más de 3,5 millones. En Javierrelatre está previsto aumentar la capacidad de la tubería que lleva el agua a los depósitos porque en verano, al aumentar el consumo, "no da abasto para llenarlos".


Para el IAA, la solución "más racional" es extremar la vigilancia sobre el Gállego. "Es caro hacer esas obras (desde Sabiñánigo y Bardenas) para muy poca población". De hecho según recoge el estudio técnico de alternativas, los once núcleos afectados solo suman 863 habitantes, aunque la población estacional se estima en hasta 1.590 personas.

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