Educación ha dado marcha atrás y Vera, la niña zaragozana de 5 años que iba a tener que compaginar una educación en dos colegios a siete kilómetros de distancia, podrá recibir formación (parte en un colegio ordinario y parte en otro de educación especial) con solo cruzar el patio de ambos. Su caso llegó a recibir 2.558 firmas de apoyo en el portal de peticiones ciudadanas Change.org y llevó a sus padres a presentar un recurso de alzada.

Vera va a pasar a 3º de infantil, y aunque sufre una discapacidad severa por parálisis cerebral, su enorme sociabilidad y su margen de mejora llevaron a los profesionales a recomendar que comenzara sus estudios en un colegio ordinario, en concreto, el centro público Agustina de Aragón, en el barrio de Parque Goya, que además es de atención preferente para niños con discapacidad motórica. Sin embargo, y tras dos cursos en este colegio, su caso se ha revisado, y tanto este centro como el de Educación Especial que tiene justo al lado, el Jean Piaget, decidieron recomendar una educación combinada para ella: la pequeña podría acudir a las clases de la mañana en el Agustina de Aragón (donde está muy integrada) y pasar a comer y a terminar la jornada en el Piaget, ya que ambos están comunicados por el patio. La decisión se fundamentó en el bienestar físico y psicológico de la niña.

Educación accedió a conceder una educación combinada para Vera, pero le dio plaza en un colegio especial a 7 kilómetros (en el Zorongo), argumentando que en el que pedían no había plaza en ese momento. Tampoco estuvieron de acuerdo con cómo se había cursado la oportunidad de este cambio y su viabilidad por parte de los colegios implicados.

Finalmente, el servicio provincial de Educación se ha reunido con la familia para anunciarles que su hija podrá finalmente acudir al Piaget, como solicitaban. Aunque la confirmación por escrito está pendiente, el departamento insiste en que la decisión está tomada y es firme."Un alivio" para la familia

Los padres de la pequeña aseguran que el cambio de rumbo ha supuesto un alivio y una alegría, aunque esperan todavía a recibir el escrito para zanjar todas las acciones que habían comenzado a emprender. "Tenemos su compromiso verbal y no tenemos por qué dudar de las intenciones de Educación, pero queremos hacer todo con prudencia y respetando los tiempos", insistieron ayer. "La opción que nos daban, de que Vera se trasladase cada día tantos kilómetros o en días alternos no era viable porque aumentaba considerablemente la fatiga mental y física que nuestra hija ya sufre, y que es uno de los motivos para pasar a una educación combinada", argumentó el padre de la pequeña, Daniel Martín Gargallo.