Aragoneses en 'Wallapop': el nuevo rastro virtual

Desde una empresa cárnica valorada en 700.000 euros, a un piso en la emblemática calle Alfonso de Zaragoza, pasando por solares, plazas de garaje o vehículos de todo tipo; hasta productos a 1 euro como una pegatina de Fluvi o un banderín del Real Zaragoza. Objetos que para muchos pueden carecer de valor, mientras que para otros se convierten en auténticos tesoros.

La bilbilitana Natalia Yagüe conoció la aplicación ‘Wallapop’ cuando vendió su anterior piso: “Tuve que vaciarlo antes de hacer las obras, pensaba vender los muebles y alguna cosa más pero me sorprendió que venía gente a por un objeto pero se interesaba hasta por las puertas o el portero automático”. Fue entonces cuando decidió poner a la venta todo lo que ya no necesitaba –incluso cosas que pensaba tirar a la basura-, muchas a un precio simbólico. “Para mí estas cosas ya no tenían ninguna utilidad, en cambio me encontré con usuarios a los que les hacía mucha falta”, asegura.

Esto ocurrió hace un año y ya ha realizado hasta 80 ventas, prácticamente el 100% de los productos que ha publicitado a través de ‘Wallapop’. Sin embargo, asegura que es necesario invertir “bastante tiempo” para sacarle rentabilidad: “Hay que hacer fotos, escribir unas buenas descripciones y responder a los interesados. La mayoría de los usuarios son profesionales y hay respeto y seriedad”.

En opinión de Juan Castelló, asesor empresarial y usuario de la APP, es una manera de “dar salida a objetos que de otra manera se acumulan en tu casa, y de paso, de sacar un dinero extra”. Hasta la fecha ha vendido algunas consolas y varios videojuegos y otros productos electrónicos. En su última venta se deshizo de unas pantallas para ver películas en el coche que le costaron 150 euros, y las vendió por 50. “Lo bueno es que te permite quedar con la persona, cerrar el trato cara a cara y comprobar la mercancía”, destaca. A día de hoy calcula que ha realizado unas 15 transacciones. “Se trata de una aplicación parecida a la nueva ‘Vibbo’, anteriormente conocida como ‘Segunda mano’, pero ésta se ha hecho mucho más conocida en el último año”, destaca. “Lo mejor de ‘Wallapop’ es que te permite verlo, tocarlo y regatear”, concluye.

Fran Martín es vecino de Arcosur y usuario desde hace diez meses. “Me animé a raíz de cambiar de coche. Me quedé con muchos accesorios que ya no utilizaba y decidí visitar varias páginas de productos de segunda mano”, explica. Como él, asegura, la mayoría de los usuarios acuden a la aplicación con una necesidad concreta y los mismos productos pueden aparecer en varias plataformas al mismo tiempo. “Es una alternativa que permite vaciar el trastero, se vende de todo y mucho más barato que en las tiendas”, añade.

A un kilómetro de ti

Inmuebles, juguetes, ropa, decoración, videojuegos… la aplicación permite filtrar los objetos que quieres vender o comprar, y da la posibilidad de encontrarse en persona o enviarlo por mensajería. Precisamente es ésta dualidad una de las opciones que más valoran los usuarios es que se trata de la primera aplicación que permite un intercambio cara a cara. “Te da la opción de buscar personas cercanas al lugar donde te encuentras. Es mucho más instantánea y directa que otras aplicaciones de este tipo”, explica Jonás, que asegura que supone una experiencia de economía colaborativa ya que muchos de estos objetos acaban en la basura antes de ser inútiles por falta de espacio.

Es el caso de Nacho Pérez y Alba García, que adecuaron el cuarto de su bebé, valorado en unos 1.000 euros, por menos de 100. “También hemos vendido ropa de Juan que se le había quedado pequeña. Son cosas que duran poco tiempo y que a otros les hacen mucha falta”, asevera. Para Rosa, ‘Wallapop’ se ha convertido en una alternativa de ocio: “Cuando voy en el autobús navego por la aplicación para ver qué encuentro. Estoy enganchada como la gente a los pokemon”, bromea.