Adolfo Calatayud: "El Derecho Foral de Aragón está vivo y se ha modernizado"

El notario se ha convertido en miembro de la Academia Aragonesa de Jurisprudencia. En su discurso de ingreso pidió revisar el derecho expectante de viudedad.

Adolfo Calatayud en el despacho de su notaría.
Adolfo Calatayud: "El Derecho Foral de Aragón está vivo y se ha modernizado"
Raquel Labodía

Ha tocado la fibra sensible del Derecho Foral Aragonés en su discurso de ingreso a la Academia de Jurisprudencia...


Sí, el derecho expectante de viudedad mediante el cual es necesario que los cónyuges presten el consentimiento cuando se quiera transferir un bien, es uno de los más definitorios y tiene mucha tradición, pero se ha querido reforzar tanto que se le ha añadido una sobreprotección que considero innecesaria.


¿Es una piedra en el camino?


En la realidad práctica supone un entorpecimiento y crea problemas de seguridad jurídica para las personas que adquieren inmuebles de particulares. Bajo mi punto de vista, lo mejor sería que cada cónyuge pueda traspasar sus inmuebles personales sin el consentimiento del otro.


Entonces si alguien vende un piso y su cónyuge no da su consentimiento, ¿cuando enviude puede reclamarlo a los nuevos inquilinos?


Exacto, porque tiene derecho de uso. Muchos problemas llegan cuando el cónyuge viudo y los hijos quieren vender uno de los bienes de la herencia, porque es preciso contar con el consentimiento de los cónyuges de los hijos. Considero que a los yernos y nueras se les da un poder que está injustificado para bloquear esa venta, exigir contrapartidas o crear un conflicto familiar.


¿Han llegado casos de estas características a su notaria?


Sí, los notarios vigilamos que no se lleve a cabo la transmisión sin la intervención del cónyuge para que no haya problemas y los bienes se puedan adquirir con total seguridad, pero es un derecho tan poco realista que las reclamaciones en la vida real no tienden a producirse.


Aunque sea poco realista, es una seña de identidad de los aragoneses...


Es cierto, es un derecho exclusivo de Aragón, pero uno de los objetivos que deben tener los poderes públicos es actualizar sus instituciones y ajustarlas al curso de los tiempos. Tres cuartas partes de los notarios aragoneses creemos que el derecho expectante de viudedad tiene que reconsiderarse o limitarse a las donaciones. En el siglo XXI no hay razón para mantener limitaciones.


¿Está limitado el Derecho Foral Aragonés?


Al contrario, está vivo y ha sabido modernizarse. El derecho del Código Civil general de España es mucho más rígido y creo que menos adaptado a las necesidades de la sociedad moderna. Mi critica se circunscribe al derecho expectante de viudedad.


Vamos, que somos un espejo en el que mirarse.


Hay muchas reformas del Código Civil que se están aproximando al Derecho Foral Aragonés. En Aragón hay más libertad para disponer por causa de muerte, se puede hacer testamento mancomunado y, entre otras cosas, tenemos la fiducia sucesoria, una institución que permite dejar a una o varias personas el encargo de que den un destino determinado a los bienes hereditarios o a parte de ellos.


Ahora le toca compaginar su trabajo con la Academia Aragonesa de Jurisprudencia...


Es un honor pertenecer a la Academia, todos los miembros nos esforzamos para que mantenga un buen nivel dentro del conjunto español.

También es miembro de la Comisión Aragonesa de Derecho Civil...

El trabajo diario nos ofrece a los notarios una perspectiva de las necesidades que tienen las personas y veo que es un deber llevar ese conocimiento práctico a los lugares donde pueda ponerse de manifiesto, como la Comisión o la Academia.


Seguro que entre los académicos hay opiniones dispares...


Por supuesto, la Academia tiene juristas de materias diferentes. En el caso del derecho expectante de viudedad, algunos comparten mis inquietudes, otros no porque es un tema sensible y para muchos su supresión sería un retroceso.


¿Es más difícil dedicarse al campo jurídico en el siglo XXI?


Sí, porque en los últimos 25 años el conjunto de normas por las que nos regimos las personas se han incrementado de manera exponencial. La realidad demuestra que hay leyes contradictorias, normas difíciles de interpretar y lagunas legales.


Y aunque las leyes sean claras, ya vemos que no siempre se acatan, como en el caso de Sijena...


Eso es más un tema político, y a algunos políticos las leyes les interesan en la medida en la que su aplicación les conviene, lo cual es un desastre.


A pesar de las dificultades, ¿recomienda su profesión?


Soy un enamorado, permite tener una perspectiva muy viva de la realidad. Otra cosa es que recomiende hacer el esfuerzo que hoy requiere preparar las oposiciones a notario, porque va a tener que dedicar los mejores años de su vida a estudiar.


Pero el esfuerzo suele tener recompensa.


En mi caso sí, pero no todos que lo intentan lo consiguen.

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