El 90% de las mujeres que dan a luz en el Hospital Miguel Servet recurren a la epidural durante el parto, casi el doble de las que lo hacían hace veinte años. Solo un 1% de las embarazadas que pueden optar por este analgésico deciden voluntariamente no hacerlo y optar por un alumbramiento natural. El resto no lo hacen por otros motivos (problemas añadidos, falta de tiempo...).

Desde que a principios de los ochenta el centro sanitario introdujo este anestésico local para ayudar a dar a luz sin dolor, ha ido llegando cada vez a más gestantes y mejorando su técnica. Tras estos años de experiencia, los expertos insisten en trasladar a la población que los riesgos de esta anestesia son "mínimos y remotos". Solo en uno de cada 500.000 partos puede haber complicaciones con consecuencias graves. Además, descartan otro de los mitos muy extendidos de que el fármaco retrasa o modifica la evolución del parto. El jefe de sección de Anestesia de Maternidad, Augusto Navarro, hace hincapié en que lo único que la epidural puede cambiar son las sensaciones en el expulsivo para gestionar los pujos. "Entonces es la matrona la que hace la gestión de los pujos. Si se hace correctamente no aumenta la necesidad de utilizar instrumentos. En esta Maternidad tenemos una tasa de uso de ventosas o fórceps muy baja, de un 14%", señala Navarro. Asimismo, las estadísticas demuestran que con la epidural el tiempo de dilatación es más corto, aunque el expulsivo sea un poco más largo.

Prácticamente todas las mujeres pueden optar por esta anestesia. Solo está limitada en unos casos muy concretos, por ejemplo, en mujeres con tatuajes muy amplios en la zona donde se pincha (en la espalda, en la médula espinal) o que tienen problemas de salud añadidos que pueden impedir el uso de este analgésico.

Además, es efectiva prácticamente en la totalidad de las mujeres y solo un 15% pueden notar molestias en algún momento, bien de forma intermitente o en el momento del expulsivo. "Pero no el dolor que se tendría sin nada, sino alguna molestia", apunta Navarro que subraya que en el 85% restante la analgesia es total. Por ello, recomienda su uso para evitar el dolor del parto, que es de intermedio a intenso en un 70% de las mujeres y en una escala "máxima" en un 15% de los casos. "Solo en un caso de cada 400 o 500 la mujer no siente dolor", señala el responsable.

Realmente la técnica de la epidural es similar a la que se utilizaba en origen. No obstante, sí que se han modificado las dosis y la medicación. "La forma de administrar ha cambiado y se ha ajustado mucho más. Se utiliza menos anestésico local y más otros fármacos de apoyo. Se conserva más la fuerza", destaca.

El Hospital Miguel Servet de Zaragoza en colaboración con las matronas de los centros de salud ofrece charlas a las embarazadas para explicarles en qué consiste la epidural.