Augusto Navarro: "El dolor de una mujer durante un parto puede ir más allá de lo imaginable"

Jefe de sección de Anestesia de Maternidad fue uno de los impulsores de la epidural en el Servet a principios de los ochenta. Dentro de unos días se jubila.

Augusto Navarro, ayer en la puerta del Hospital Materno Infantil del Miguel Servet.
Augusto Navarro, ayer en la puerta del Hospital Materno Infantil del Miguel Servet.

En primer lugar le tengo que dar las gracias por los cientos de mujeres que han dado a luz sin dolor durante todos estos años.

Es una satisfacción para un profesional el poder ayudar en ese momento difícil, como es el parto. Hacerlo más cómodo y agradable. 


¿Cómo fue la introducción de la epidural a principios de los ochenta en el Miguel Servet?

Hubo muchas reticencias, porque es introducir una técnica que de alguna forma modifica el trabajo y las condiciones a las que se está acostumbrado.

El tránsito se ha hecho bien, porque las ventajas son tantas que ha sido como una balsa de aceite que se ha ido extendiendo.


Pero, ¿por qué esas reticencias?

Porque se tenía miedo al impacto que podía tener la epidural en el aumento de la necesidad de instrumentaciones en los partos. Conforme se fue mejorando la técnica, se ha visto que no modifica la evolución del parto. La epidural no para el parto.


Me imagino que tendrá cientos de anécdotas que contar, ¿no?

Las anécdotas las obtenemos en las respuestas de los pacientes. Cuando pasado el tiempo, ves a esa mujer por la calle, te para y te da las gracias por cómo la has tratado.


Después de estos años, ¿entiende a las mujeres que optan todavía por un parto natural?

Las entiendo desde el punto de vista de la añoranza, de algo que realmente no existe. Un parto es un proceso duro, a veces se idealiza y se piensa que se va a poder abordar, que se va a poder con él, pero la realidad es que un parto es tremendamente duro.


Pero hace 30 años podían con ello, ¿no?

Pero no había más remedio. No había alternativas. El dolor de parto puede ir más allá de lo imaginable.


¿Ser anestesista es algo vocacional?

Somos una especialidad poco conocida por la gente en general. Hemos tenido residentes en formación que nos han confesado que les ha sorprendido conocer a fondo el trabajo de la especialidad.


¿Qué se siente al tener la vida de un paciente en sus manos?

Realmente, es una de las especialidades que más momentos de estrés intenso concentra. Se nos pueden unir situaciones clínicas que llevan al peor de los resultados inimaginable: dos vidas.


¿Ha deseado estar anestesiado en algún momento de su vida?

(Risas) No.


¿Y dormir a alguien?

Se podía buscar alguna solución en algún momento para alguien.


Al final de su carrera profesional y a punto de jubilarse, ¿qué cambiaría de la medicina y qué consejos daría a sus compañeros?

Deben implicarse en la mejora continua a través de su participación en la gestión de las unidades.

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