De vuelta el retablo de la ermita de Santa Ana de Orera

Sus piezas tenían humedades que han sido eliminadas con unos geles que las evaporaron.

La escuela taller de restauración DPZ XIV de la Diputación de Zaragoza ha recuperado el retablo de la ermita de Santa Ana de Orera, un conjunto de autor desconocido y de factura reciente que estaba depositado en el ayuntamiento de este municipio de la Comunidad de Calatayud.


Aunque se conoce la existencia de la ermita de Santa Ana de Orera desde mediados del siglo XIX, el templo fue derruido en la década de los 60 y se reconstruyó posteriormente, por lo que el actual es totalmente nuevo. Aunque se desconoce cuándo se desmontaron las piezas del retablo, sí se sabe que estuvieron en la ermita hasta el año 2006 y que fue por esas fechas cuando pasó a custodiarlo definitivamente el Ayuntamiento.


Se trata de un retablo sencillo de dos pisos dedicado también a Santa Ana, que es la imagen que ocupa el centro del conjunto. A su alrededor están representados San Juan Bautista, San Miguel, el Calvario, Santa Bárbara y San Pedro. Debajo, en un banco de cinco casas separadas entre sí por arcos conopiales rebajados, aparecen San Roque y el ángel que le cura de la peste; San Fabián y San Sebastián; Cristo flanqueado por dos ángeles; dos santas no identificadas porque se han perdido sus atributos; y San Pablo.


En la restauración de esta pieza han participado los alumnos de tres de los cuatro talleres de la escuela taller DPZ XIV: el de restauración de arte mueble, el de carpintería y el de investigación, que se encarga de hacer un estudio histórico-artístico de todas las obras en las que se actúa.


La restauración se ha centrado en limpiar la capa de policromía al temple del retablo, que es muy sensible al agua y que sin embargo estaba muy alterada por la presencia de cercos de humedad y de restos de polvo graso en buena parte de la superficie pictórica. La intervención ha sido de gran interés por las dificultades que ha entrañado el tratamiento adoptado contra las humedades, que ha consistido en usar geles rígidos de agar-agar (una sustancia gelatinosa) elaborados en el taller de arte mueble.


Una vez modificado su pH, esos geles permitieron una rápida y eficaz evaporación del agua atrapada en los cercos oscurecidos.

La semana pasada, el retablo volvió a la ermita, donde fue montado por los alumnos y los profesores de la escuela taller. Eso permitirá que mañana martes, festividad de San Ana, los vecinos de Orera puedan volver a contemplarlo durante la tradicional romería hasta el cerro en el que se levanta ese templo.

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