"Lo que hace falta ahora es no se vuelva a repetir algo así"

El 4 de julio de 2015 se aliaron las altas temperaturas con el viento y la baja humedad ambiental. El fuego se inició a primera hora de la tarde por la chispa producida por una cosechadora que trabajaba en el monte de Luna. En plena ola de calor, las condiciones meteorológicas favorecieron que el fuego devorara casi 14.000 hectáreas en apenas unas horas y llegara a las puertas de varias poblaciones de las Cinco Villas, que vivieron sus momentos más amargos.


No se dio por extinguido hasta casi dos semanas después y más de 500 personas intervinieron en el operativo. El fuego y el humo hicieron necesario el desalojo de cinco poblaciones: Asín, Orés, Farasdués, Malpica y Biota. En total, casi 1.500 personas tuvieron que salir apresuradamente de sus casas.


"Hay que dar gracias de que no se produjeran daños personales en un incendio de estas características. Las evacuaciones fueron muy ordenadas. Ahora lo que hace falta es que no se vuelva a repetir", concluye Ezequiel Marco, vicepresidente de la Comarca de Cinco Villas, responsable de Protección Civil y alcalde de Biota. Subraya el trabajo de los vecinos en la noche del 4 al 5 de julio, la colaboración y la corriente de solidaridad que se estableció con los afectados. "Lo más importante es que todos estuvimos a una, trabajando para evitar que el fuego entrara en los pueblos, porque hay que tener en cuenta que los efectivos estuvieron repartidos en una zona que va desde Biota a Luna".


Biota fue el municipio más afectado por la voracidad de las llamas con 4.800 hectáreas calcinadas, la mayor parte de cultivo y 35 de pinares. En estas últimas se ha intervenido con la preparación de 5.000 hoyos en el terreno mediante una retroaraña. La celebración del Día del Árbol con los escolares y una salida con los vecinos sirvieron para la plantación de un millar de pinos.

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