Las contratistas garantizan a Fomento un 40% de ahorro en la A-68 de Gallur a Mallén

Las ofertas mejor valoradas de las 30 presentadas plantean hacer la obra por 32 millones menos del precio de licitación.

La construcción de la autovía de Logroño (A-68) entre Gallur y Mallén costará un 40% menos del precio fijado en la licitación por el Ministerio de Fomento. Las ofertas mejor valoradas entre las 30 presentadas por las principales contratistas españolas de obra pública garantizan al erario ahorrarse en torno a 32 millones de euros. La factura rondará finalmente los 50 millones.


La Dirección General de Carreteras abrió las ofertas el pasado jueves, en cuya selección pesará de forma determinante la parte económica. De hecho, el pliego limita la puntuación técnica a un 30% de la valoración final. Y la sequía de licitaciones públicas ha llevado a las empresas a presentar grandes bajas, de entre un 27,7% y un 42%. La media ha superado el 35%.


Con los pliegos en la mano, y salvo que Fomento cambie de parecer y acepte la justificación de la temeridad, la UTE formada por la catalana Copisa y la andaluza Sando será la elegida para desdoblar el último tramo aragonés de la carretera de Logroño. Tan solo Dragados le supera en la puntuación total, pero su oferta económica está en baja temeraria, al igual que la tercera mejor clasificada, de Viales y Obras Públicas.


Con los plazos habituales del Ministerio de Fomento, la adjudicación del tramo debería firmarse este mismo verano, aunque eso no quiere decir que las obras vayan a comenzar este año. La partida incluida en los Presupuestos Generales es testimonial para una obra de este calado, ya que se limita a dos millones de euros. Además, la experiencia vivida el año pasado con el otro tramo pendiente de la A-68 (entre Figueruelas y Gallur) no deja mucho lugar a la duda: se adjudicó en otoño, los trabajos previos no comenzaron hasta este ejercicio y continúan con un ritmo lento.


Por si fuera poco, el propio plan de obras elaborado por Carreteras demora hasta el quinto mes los trabajos previos y el inicio de la explanación, centrándose en un principio en la reposición de los servicios afectados.Segundo concurso

El desdoblamiento de la N-232 entre Gallur y Mallén salió a concurso a finales de 2015, pero el procedimiento se tuvo que repetir en primavera como consecuencia de una resolución del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales. Dicha entidad cuestionó la legalidad de un punto clave del pliego de condiciones empleado en todas las licitaciones, que afecta a la valoración de las ofertas económicas. La decisión afectó a otros 43 contratos de servicios y obras de carreteras de todo el país, entre los que se encontraban también los trabajos de conservación de la autovía Mudéjar y de las nacionales N-330, N-234, N-234a y N-IIa, en los tramos correspondientes a la provincia de Zaragoza.


Pese al retraso acumulado, su definitiva adjudicación supondrá todo un avance en la lucha aragonesa por el desdoblamiento de la N-232, cuyos 29 kilómetros acumulan una elevada siniestralidad. Esta carretera soporta mucha circulación al unir la cornisa cantábrica con el corredor mediterráneo y el riesgo aún es mayor porque la mitad del tráfico es pesado.


El proyecto del desdoblamiento establece la construcción de cuatro enlaces y un semienlace, con los que se dará servicio a Gallur, Mallén y Cortes (Navarra). Aunque se pretende aprovechar al máximo la calzada existente, se han previsto quince estructuras: cinco pasos superiores, media docena inferiores y otras dos ampliaciones, además de dos viaductos para salvar el río Huecha.


El Ministerio de Fomento no ha optado por comprimir los plazos de ejecución pese a que la tramitación se remonta a hace una década. La contratista dispondrá de 54 meses para hacer realidad el desdoblamiento, por lo que habrá que esperar hasta mediados de 2021 para ver acabada la autovía entre Zaragoza y el límite provincial con Navarra.

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