¿Cómo funciona una lámpara fluorescente?
Curiosidades, anécdotas y respuestas asombrosas a preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez.
Los tubos fluorescentes son las lámparas más comunes en las cocinas y en los lugares de trabajo. Aunque con la llegada de las luminarias de bajo consumo su uso se ha extendido a otros lugares, pues buena parte de las nuevas bombillas están basadas también en la tecnología fluorescente.
Estas lámparas producen luz utilizando vapor de mercurio de baja presión. Están formadas por un tubo de vidrio y cuentan con un dispositivo emisor de radiación ultravioleta para la generación de luz. En cada extremo del tubo o bulbo hay un filamento de tungsteno.
Las luminarias fluorescentes tienen dos partes clave: el cebador y el balasto. El primero está lleno de gases de mercurio, neón y argón a baja presión. El balastol, por su parte, es una bobina formada por alambre de cobre con esmalte.
La descarga eléctrica al encender la luz ioniza los gases, que elevan su temperatura. Eso pone al rojo vivo los filamentos de los extremos del tubo, que entonces desprenden electrones e ionizan los gases del interior del tubo, que favorecen así la conducción de la electricidad. Ese plasma excita los átomos de vapor de mercurio, que emiten luz ultravioleta y luz visible cuando salen de su estado de excitación.
