Prisión para una técnica del Servet por infectar presuntamente muestras con tuberculosis

El propio hospital detectó la manipulación y su gerente afirma que ningún paciente corrió riesgos.

José Manuel Aldámiz, María José Revillo, Javier Marión y Juan Pablo Alonso, ayer, en el hospital Miguel Servet.
José Manuel Aldámiz, María José Revillo, Javier Marión y Juan Pablo Alonso, ayer, en el hospital Miguel Servet.
Guillermo Mestre

La detención y posterior ingreso en prisión de una técnica de laboratorio del Hospital Miguel Servet por infectar presuntamente con tuberculosis una quincena de muestras que pasaron por sus manos llevó este miércoles a los máximos responsables del Salud y del centro sanitario a comparecer públicamente para cortar de raíz la alarma social que podía crearse al extenderse la noticia de que había inoculado la bacteria a los propios pacientes.


"Ninguna persona ha tenido ningún tipo de riesgo para su salud, ni directo ni indirecto", subrayó el gerente del Hospital Miguel Servet, José Manuel Aldámiz. Tanto este como el gerente del Servicio Aragonés de Salud, Javier Marión, la jefa del Servicio de Microbiología, María José Revillo, y el jefe de Vigilancia Epidemiológica, Juan Pablo Alonso, negaron rotundamente esa inoculación a pacientes. Explicaron que lo que se detectó fue que la técnica manipuló, presuntamente, las muestras que se utilizan para confirmar o descartar que puedan tener el bacilo tuberculoso.Un solo paciente tratado

La alteración originó que se detectaran falsos positivos en la mencionada enfermedad y que se llegara a someter a tratamiento a una persona y a cuatro de sus familiares, como marca el protocolo para estas patologías contagiosas. La quimioprofilaxis duró poco tiempo y los médicos creen que esas cinco personas no tendrán ningún problema en el futuro por haber estado tomando esos medicamentos sin tener la patología.


José Manuel Aldámiz explicó que la investigación comenzó el pasado marzo, tras detectarse en el laboratorio de micobacterias un número anormalmente alto de positivos en tuberculosis. En ese mismo momento se decidió hacer una investigación y un seguimiento de todas las muestras para dilucidar si se había producido una contaminación fortuita o deliberada. La primera semana de abril se repitió el alto número de positivos, pero entonces ya no les cogió desprevenidos puesto que, tal y como destacó este miércoles la doctora Revillo, gracias a que el laboratorio trabaja con una norma ISO de calidad, que permite seguir la trazabilidad de las muestras, y que se hizo un tipaje genético de las mismas en colaboración con la Universidad de Zaragoza, llegaron a la conclusión "irrefutable" de que todo había sido producto de una manipulación intencionada.


A partir de este descubrimiento, el Servet comunicó lo ocurrido a la gerencia del Salud, cuyo servicio de inspección abrió un expediente informativo. Al mismo tiempo, añadió Javier Marión, se informó a la Fiscalía Provincial de Zaragoza, dado que los hechos podrían ser constitutivos de delito, y esta lo comunicó a su vez a la Policía Nacional.


María José Revillo manifestó que, además de lo anterior, se reforzaron las medidas de seguridad y acceso al laboratorio y zonas comunes. Entre otras cosas, se exigió que todas las personas que accedieran a su interior lo hicieran usando la tarjeta y que quien no dispusiera de ella fuera identificado al llamar a la puerta. También se ordenó que se revisaran las entradas para comprobar que todas quedaran perfectamente cerradas.


La jefa del Servicio de Microbiología explicó que tras comprobarse las alteraciones en las pruebas, los técnica s revisaron todos los casos recibidos desde el 1 de enero. En total, fueron 15 los falsos positivos aunque, solo se trató al mencionado paciente y a sus cuatro familiares.


Contó que es cierto que se tuvo en cuenta a otras cuatro personas, pero finalmente se descartó tratarlas al hacerles nuevas pruebas y dar negativo.

Los médicos no quisieron entrar a valorar la investigación policial que finalmente acarreó la detención el pasado martes de la técnica M. P. V. V., de 37 años, como presunta autora de la manipulación, ni en si esta había tenido algún tipo de problema laboral en su puesto de trabajo.

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