La totalidad de los habitantes de la Comunidad aragonesa estuvieron expuestos a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud durante 2015, cuando se produjo un aumento general de distintos contaminantes.

Así se recoge en el Informe anual de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción con los datos recogidos en 700 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 28 situadas en Aragón.

Según Ecologistas en Acción, en Aragón en 2015 se ha producido un aumento general de los niveles de contaminación de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2), ozono troposférico (O3) y dióxido de azufre (SO2), el primero desde el inicio de la crisis económica en 2008.

La contaminación generada desde la ciudad de Zaragoza, las autovías y autopistas y la Central Térmica de Andorra-Teruel se extiende por el territorio y afecta a zonas más alejadas y rurales en la forma de ozono troposférico.

El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la OMS y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación establecido por la Unión Europea.

Si se toman los valores límite establecidos por la normativa española y europea, más laxos que las recomendaciones de la OMS, no habría población que respire aire contaminado por encima de los límites legales, no obstante, en ozono se han superado los niveles en la estación de La Cerollera (Teruel).

La superficie expuesta a niveles de contaminación que exceden de los legalmente permitidos para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales alcanza 32.600 km2, dos terceras partes del territorio aragonés.

La organización ecologista señala que el ozono troposférico es el contaminante que presenta una mayor extensión y afección a la población, con unos niveles que se mantienen estacionarios o incluso al alza debido al incremento de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante el verano, como resultado del cambio climático.

El pasado año los niveles de ozono aumentaron por el mayor calor respecto a los de 2014, de manera que toda la población y el territorio de Aragón, salvo la ciudad de Zaragoza, siguieron expuestos a concentraciones de ozono peligrosas para la salud humana y vegetal.

Las partículas (PM10 y PM2,5) y el dióxido de azufre (SO2) en el aire también afectan a la mayor parte de la población de Aragón, con especial incidencia en la ciudad de Zaragoza (partículas) además del entorno de la Central Térmica de Andorra-Teruel, por lo que "siguen siendo una seria amenaza para la salud".

Ecologistas alerta de que hay señales preocupantes que advierten de que se puede estar asistiendo a un cambio general de tendencia, tras años de reducción de los contaminantes clásicos (partículas, NO2 y SO2) entre otros por el repunte del tráfico por carretera, el "fraude" en los sistemas de certificación de las emisiones de los automóviles y el aumento de la producción eléctrica en centrales térmicas de carbón, petróleo y gas, a costa de las energías renovables.

Los ecologistas abogan por abordar la contaminación del aire como un problema de primer orden, ya que cada año se registran más de 25.000 muertes prematuras en España por afecciones derivadas de la contaminación del aire, de acuerdo a las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Aunque los Planes de Mejora de la Calidad del Aire para reducir la contaminación son obligatorios según la legislación vigente, la organización denuncia que en el caso del ozono, el Gobierno de Aragón "lleva años omitiendo" la elaboración y aplicación de dichos planes en las zonas de Pirineos, Valle del Ebro, Bajo Aragón y Cordillera Ibérica, donde resultan preceptivos.

Se trata, aseguran, de "una negligencia que está poniendo en peligro la salud de 60.000 personas en el Bajo Aragón y de los cultivos y bosques de la región".

Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire son la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad y la potenciación del transporte público.

También subrayan la necesidad de dar facilidades a la bicicleta en las ciudades y la adopción generalizada de las mejores técnicas industriales disponibles y la reducción drástica de la generación eléctrica por centrales térmicas, en particular las que utilizan carbón.