“Volvimos de Ecuador pensando que podíamos haber hecho más”

- "Lo contrario de vivir es no arriesgarse", pone en su estado de Whatsapp. ¿Cuándo era niño ya quería ser bombero?

-Sí. Soy de esas personas que desde pequeño siempre quise ser bombero y al final lo conseguí. Lo de arriesgarse hace referencia a todo en la vida. Cuando estás metido en la emergencia y ves la muerte tan cercana (y no quiero hacer demagogia), ves las cosas de diferente manera. Cada vez más me reafirmo en que lo contrario de vivir es no arriesgarse. Vive y haz lo que desees, siempre que respetes a los demás. Y disfrútalo todo al máximo.

-¿Qué es lo que más le impresionó de su labor en Ecuador?

-Las condiciones de trabajo han sido muy duras, por el calor y la humedad, que es lo que más nos ha afectado. Y el olor característico de una catástrofe.

-¿A qué no se ha acostumbrado todavía en las emergencias?

-A los tiempos de espera. Hay muchos. Se dice que a este tipo de catástrofes hay que llevarse un libro porque, aunque parezca mentira, hay tiempos de espera y eso, ya se sabe, desespera.

-¿Es Erco (el perro) su mejor amigo?

-Es un compañero de trabajo. En Ecuador, en algún momento pasé sed por dejarle el agua a él, pero mi mejor amigo es un humano.

-¿Pero tiene con él una relación especial?

-La empatía con el perro tiene que ser mucha. De hecho, hubo noches que dormíamos juntos y el perro no se separaba de mí. Hay un entendimiento mutuo. A la hora de trabajar él me da todo lo que yo le pida y si le digo que pase por un sitio no se lo piensa, pero él es un animal. Es algo especial pero es un perro.

-¿Qué cualidades debe tener un bombero dedicado al rescate?

-Esto es vocacional. Lo tienes que llevar dentro. No te vas al otro lado del mundo ni por dinero ni por reconocimiento. Y está la formación, que es seguridad. Luego, cada uno canaliza lo que ve de diferente manera. Yo en muchos aspectos soy muy sentimental pero trabajando soy muy frío porque necesito centrarme en lo que hago. Más que ver un cadáver, me afecta ver a la familia llorando junto a él. Al final, aprendes a mirar muchas veces para otro lado porque no aguantarías.

-¿Puede entrenarse cualquier perro para el rescate?

-No. Ha de ser de tamaño medio, ágil, fuerte, con interés por el juego para trasladar eso a la búsqueda. Su preparación para que asocie el olor humano al juego, entre otros factores, dura un año y medio aproximadamente. De las mejores razas son el pastor belga malinois, el pastor alemán, línea de trabajo y el labrador.

-Les hubiera gustado encontrar a alguien con vida ¿verdad?

-Al volver, todos teníamos la sensación, la frustración personal de que podíamos haber hecho más si la coordinación allí hubiera sido otra. Pero te recompones, lo asimilas porque sabes que por tu parte has hecho todo lo posible. Además, también fue una satisfacción muy grande el poder rescatar material sanitario del hospital de Chone, dañado por el terremoto. Entre lo que sacamos estaban los focos del quirófano, camas que costaba 5.000 dólares e incubadoras que a lo mejor están utilizando ahora los críos.

-¿Estaba Ecuador preparado para una catástrofe como esta?

-Cualquier país no está preparado para un terremoto. Creo que la coordinación tendría que haber ido mejor porque cuando llegamos, que ya sabían que íbamos, tuvimos que esperar a que nos asignaran una tarea y un transporte. Pero claro, ¿quién está preparado para un terremoto de 7,8? Los japoneses, que fabrican de otra manera. En Ecuador, muchos de los edificios están construidos con hormigón hecho con arena de playa, que no fragua igual.

-¿Es el único guía canino en Aragón que trabaja bajo el marco de la ONU con el Ericam?

-No. Están también Iván González, bombero de la Comarca del Alto Gállego, y su perro Tahy; y Héctor Romero, del Ayuntamiento de Zaragoza, con Mara.