En plena campaña de la renta, los españoles nos enfrentamos estos días a la cita anual con Hacienda. Pero el pago de impuestos no es algo que solo afecte a los ciudadanos del siglo XXI. De hecho, los impuestos son inherentes a las sociedades humanas y hay testimonio de su existencia desde hace miles de años.

Ya en el antiguo Egipto, China y Mesopotamia hay evidencias de su existencia. De hecho, hay textos en escritura cuneiforme de hace aproximadamente cinco mil años donde ya se hacen bromas sobre el miedo a los recaudadores de impuestos.

Aquellas tasas primigenias no solo se pagaban con dinero, sino que podía tributarse mediante el trabajo físico, o incluso en piezas de arcilla.

Los impuestos también servían para demostrar la superioridad sobre los pueblos vencidos. Así, por ejemplo, el Imperio Romano imponía fuertes tributos a sus colonias, lo que de hecho permitió que los propios ciudadanos romanos no tuvieran que pagan impuestos durante mucho tiempo.