Dentro de las movilizaciones que han organizado, los discapacitados psíquicos decidieron ayer trasladar su protesta a las puertas del Pignatelli. ‘Inauguraron’ una particular residencia (con tiendas de campaña) ante la sede del Gobierno de Aragón, para volver a reclamar el pago de una deuda de más de dos millones de euros al Ejecutivo autonómico.

En un ambiente irónico y festivo, familiares y trabajadores de la Fundación Adislaf escenificaron este peculiar corte de cinta en el que estuvieron presentes, eso sí caracterizados por algunos trabajadores, la consejera de Derechos Sociales, María Victoria Broto, e incluso el presidente Javier Lambán y su antecesora en el cargo Luisa Fernanda Rudi.

Para los representantes políticos, en esta ocasión para los reales, dirigieron un manifiesto en el que aseguraron que "no van a reblar" en su lucha hasta que sus reivindicaciones "sean atendidas". "Queremos que la deuda del 2013, 2014 y 2015 se pague en el plazo acordado y que se modifique el acuerdo marco antes de que acabe mayo. Que haya un compromiso para la concertación de las plazas que estamos atendiendo, así como las del próximo año", reivindicaron. Reclaman más de dos millones por la concertación de las 77 plazas asistenciales, cuyo coste están soportando, así como el pago de los retrasos a los centros especiales de empleo.

Las protestas de Adislaf las apoya el Observatorio Aragonés de la Discapacidad Intelectual y la Parálisis Cerebral. Hoy, representantes de todas las entidades estarán presentes en el encierro indefinido que Adislaf comenzó la semana pasada.