Se puede elegir la mejor educación para un hijo y trabajar sin descanso por facilitarte un porvenir. Pero si no se inocula en, al menos, un significativo porcentaje de estos niños el virus del emprendimiento en un mundo cada vez más global y cambiante, algo estará fallando. Un buen indicativo sobre si se están formando generaciones capaces de hacer crecer el tejido empresarial e iniciar proyectos excelentes es saber cómo imaginan su futuro y qué retos esperan en su vida laboral. Solo en España, hay enormes diferencias: mientras los jóvenes catalanes valoran sobre todo llegar a tener un trabajo desafiante y los madrileños ser su propio jefe; los aragoneses anteponen tener un empleo asegurado y relacionado con sus estudios, y dejan para lo último trabajar en otros países.

Estos resultados se extraen de una encuesta realizada, de enero a marzo, a 9.000 estudiantes españoles (8.600 de las fichas fueron válidas) entre los que hubo una elevada representación de aragoneses: 1.100. El estudio ha estado promovido por Educa 2020 y Fundación Axa, y los datos se han analizado por GAD3.

En general, la mayoría de los estudiantes españoles siguen apostando por trabajos seguros (sobre todo, en la función pública o en multinacionales) y solo el 27% valoran crear su propia empresa. Esto sumado a que todavía no son mayoría los jóvenes que dominan otro idioma y a que la movilidad internacional tampoco figura entre las prioridades, invitan al presidente de Educa 2020, Fernando Jáuregui, a hacer una reflexión: "¿De verdad tenemos la generación mejor preparada de la historia? Creo que no. Muchos solo se refugian en un máster como si les fuera a caer un trabajo del cielo".

Aragón tiene unos datos de empuje empresarial más bajos que la media y, entre las causas, están la falta de cultura emprendedora. El 34,3% de los encuestados se ve dentro de unos años trabajando como funcionario (la media nacional es del 25,2%) y otro 32%, en una gran empresa o una pyme.

Los estudiantes aragoneses que sí desearían emprender (la mayoría de las encuestas corresponden a Zaragoza capital) identifican la falta de apoyo de sus padres como un problema en un grado más alto (así lo aseguran un 5,8% de los interrogados en Aragón frente al 8,2% de media española). Los más lanzados son los estudiantes de Ingeniería y Arquitectura.Respuestas en los inicios

El estudio constata la influencia del ejemplo de los progenitores: se plantean arriesgar más los hijos de autónomos y empresarios, así como los que han ido a colegios y universidades públicas. Por tanto, hay muchas claves que podrían encontrarse también en los años previos a la universidad. "Y antes de la universidad, ¿qué?", se pregunta José Alberto Molina, catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza e impulsor de actividades dirigidas a los alumnos para despertar el interés por emprender. Molina matizó, además, que las cifras de estudiantes que lanzan sus propios proyectos en el medio rural son más elevadas.

También con la vista puesta en el futuro, se hará una segunda fase para ver si estas intenciones se han materializado; y desde Axa se insiste en que trabajando en común se puede lograr un gran avance. "Podemos hacer mucho por generar un marco adecuado y poner el foco más allá del empleo público. Basta con recordar que detrás de cada empresa hay un emprendedor", dice el directorde la Fundación Axa, Josep Alfonso.