La ingeniería llega a los coles aragoneses

La Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas en Aragón lleva a los alumnos de Primaria de la Comunidad talleres de programación, diseño o impresión 3D para concienciarles de la importancia de la Ingeniería y fomentar el interés de las niñas por las carreras tecnológicas.

Los niños aprenden jugando con el objetivo de fomentar la presencia de mujeres en este tipo de carreras.
Los niños aprenden jugando con el objetivo de fomentar la presencia de mujeres en este tipo de carreras.
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'Una ingeniera en cada cole' es una iniciativa de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas en Aragón (AMIT-Aragón), apoyada por el Instituto Aragonés de la Mujer, el Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza, que tiene como objetivo acercar a los más pequeños la importancia de la ingeniería en nuestra vida cotidiana, así como fomentar el interés de las niñas en las carreras tecnológicas, un campo de estudio en el que la presencia de la mujer es minoritaria.


El proyecto comenzó en el mes de febrero como una prueba piloto en la que unas 10 ingenieras de AMIT-Aragón se propusieron recorrer cinco colegios de la Comunidad con actividades adaptadas a los alumnos de Primaria para demostrar que la Ingeniería puede ser divertida. Ahora, superan la veintena y ya han llevado sus talleres a más de 15 colegios. "Estamos muy contentas, la labor está funcionando muy bien y ahora que tenemos más experiencia nos gustaría ir cada vez a más colegios. Lo vemos como el principio de un largo camino", asegura María Villarroya, presidenta de AMIT- Aragón.


Las actividades están dirigidas a los distintos cursos de educación Primaria y tienen una duración aproximada de una hora. Los talleres son muy variados, ya que cada una de las integrantes de la Asociación procede de una rama distinta de la Ingeniería. Por ello, los alumnos aragoneses han podido participar en talleres de informática, diseño, programación, construcción o funcionamiento de impresoras 3D, entre otros. "En el colegio Josefa Amar y Borbón de Zaragoza les enseñamos el diseño de una pistola eléctrica para cortar", apunta Villarroya. También han asistido a talleres de scratch (un lenguaje de programación visual que enseña mediante la creación de juegos) y de estructuras con elementos tan sencillos como spaghetti o chucherías.


Su labor ha sido tan bien acogida por los alumnos y los profesores, que han animado a otras ingenieras y expertas en otros campos, como el Derecho o la Biología, a imitar esta actividad y llevar sus conocimientos a los colegios en forma de talleres interactivos. "También ha habido estudiantes que han conocido la iniciativa y se han puesto en marcha", destaca la presidenta de AMIT-Aragón.


La importancia de las mujeres ingenieras


Los talleres de las ingenieras del AMIT-Aragón están dirigidos tanto a niños como a niñas, no obstante, su labor pretende ejercer una especial influencia en las niñas. "La presencia de mujeres en estudios de Ingeniería no llega al 30 % y algunas niñas ya tienen algunos preconceptos en secundaria", se lamenta Villarroya.


Por este motivo, la iniciativa busca fomentar desde edades tempranas la importancia de las mujeres en la Ingeniería, ya que "todavía no hay diferencias", y demostrar que son tan válidas como los hombres para desempeñar esos trabajos. "Queremos hacer énfasis en que ellas también pueden y así no se cierran, ven que pueden dedicarse a la ingeniería, les pone el gusanillo", afirma. 


La Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas en Aragón quiere así potenciar un aumento de la presencia de mujeres en carreras de Ingeniería. "Ni siquiera tienen el mismo perfil ellos que ellas en los estudios, a veces reciben mensajes que les dicen que ese no es su sitio y lo acaban dejando", dice María Villarroya. Pero "ha habido mujeres que son muy importantes para nosotras hoy, como Stephanie Kwolek, inventora del material Kevlar de los chalecos antibalas, o la española Ángela Ruiz Robles, precursora del libro electrónico", añade.


La AMIT-Aragón ya ha llevado sus actividades a más de 15 colegios aragoneses, como el Eliseo Godoy de Zaragoza, Las Viñas de Teruel o el Nertóbriga de La Almunia de Doña Godina, y espera seguir trabajando y aumentando la red de ingenieras que se sumen a su proyecto para continuar extendiendo su labor por toda la Comunidad.


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