El consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sebastián Celaya, ha asegurado que la comunidad asumirá todos los tratamientos, sin ninguna limitación, que soliciten los profesionales para las personas afectadas por las fases más avanzadas de la hepatitis C, porque el objetivo es tratarlos a todos "cuanto antes".

"No va a haber limitación en los presupuestos porque es una medida con una clara eficacia de cara al futuro" que supondría un gran ahorro "para la salud mundial", ha enfatizado Celaya en su comparecencia ante la Comisión de Sanidad de las Cortes para explicar el protocolo de atención a pacientes con esta enfermedad.

Durante su intervención, ha ofrecido datos sobre la situación de la enfermedad en Aragón, que no son exactos porque hay un gran número de enfermos o portadores del virus ocultos, en tanto en cuanto se estima que solo el 30 por ciento están diagnosticados.

Así, se estima que en Aragón puede haber 22.000 personas con serología positiva (portadores de anticuerpos) de los que realmente infectados estarían el 70% (en torno a 15.700).

Alrededor de 5.200 aragoneses, según sus datos, padecerían por tanto fibrosis hepática o estarían en la fase dos o superiores de la enfermedad, y por lo tanto podrían optar a los tratamientos con los nuevos fármacos.

Aragón ha invertido en torno a 26 millones de euros para atender con los nuevos fármacos a 1.260 pacientes en las fases 2, 3 y 4 de la enfermedad, el 63 por ciento de los susceptibles de ser tratados.

Se prevé que en 2016 se pueda acabar de tratar a todos, cuando la previsión era hacerlo en tres años, aunque ha advertido de que aparecerán más casos.

El consejero ha asegurado que después de los problemas que hubo hace meses para prescribir estos fármacos, a día de hoy se atienden todas las peticiones de los hepatólogos.

El consejero ha insistido en que, dentro del protocolo de actuación para acabar con la enfermedad es esencial la prevención y la educación, definir la magnitud del problema, implementar un adecuado plan de tratamiento y vigilancia y, finalmente, potenciar la investigación.

En este sentido, y dado que la mayor parte de las infecciones ocultas se dan en la franja de población nacida entre 1945 y 1970, el protocolo prevé hacer un cribado universal de esta población y otro específico sobre la población de riesgo, centrado en las personas drogodependientes y residentes o trabajadores de instituciones penitenciarias.

El departamento quiere incrementar el conocimiento de la enfermedad entre la población en general, pero también y especialmente en los centros de atención primaria, para asegurar un adecuado seguimiento de los pacientes.

Asimismo, se establecerá un plan para informar y recoger correctamente los nuevos diagnósticos, que se aglutinarán en una base de datos.

Y se diseñará un "circuito" para el tratamiento, la atención y el seguimiento de los pacientes infectados.

La primera acción que se va a llevar a cabo, ha explicado, es el nombramiento del responsable del equipo multidisciplinar para implantar el plan, que ya se reúne y que en mayo pondrá en marcha el registro de pacientes.

Otro de las acciones inmediatas es recuperar, para su seguimiento y tratamiento, a los pacientes que lo han abandonado, y poner en marcha el cribado de la población en los centros de atención primaria, así como revisar los planes de los hospitales para evitar la trasmisión de la enfermedad en ellos.

Por otro lado, ha asegurado que un solo aparato de fibroecografía, ubicado en el Hospital Clínico de Zaragoza, es suficiente para atender la demanda, según le han trasladado los profesionales, pero también ha dicho que no habría problema presupuestario en adquirir otro si así lo solicitaran los médicos responsables del programa.