​Adela camina

Adela camina siempre para adelante. Va mirado todo a su alrededor, mientras camina. Ve los rostros, oye los ruidos y las conversaciones, se fija en lo detalles de las fachadas y empedrados. Siempre avanza, hacia adelante. A veces dobla, a veces a la izquierda, a veces hacia la derecha. A veces ni siquiera lo hace, pero siempre avanza. Va abstraída, pensando en sí misma por las callejuelas de Teruel, a veces tararea una canción, otras va en silencio absoluto. Mira un perro pasar, y le sonríe, le recuerda a algo, aunque sabe que jamás tuvo uno de mascota, quizás sea un recuerdo de pequeña, el perro de una tía vieja y solterona, o de un vecino bueno en demasía. Adela cierra los ojos, sin dejar de mover los pies, siente los rayos del sol sobre su rostro, es una agradable sensación, como una cálida caricia. Trata de olvidarse de todo, de las personas, de los ruidos, de los coches y los perros. Sólo quiere recordar. Busca, hurga en su memoria, pero no logra hallar, el cómo volver a su casa.

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