Dulces sueños

Al igual que el gran Don Quijote de la Mancha se empapó de los libros de caballería, yo me he dedicado durante toda mi vida a leer libros de historia, pero eso sí, no cualquier libro que haya podido caer en mis manos. Únicamente he devorado con absoluta pasión, escritos que versan sobre la historia de Aragón.


Por ese motivo, de vez en cuando sueño que me convierto en alguno de los personajes, que han hecho grande este lugar y me siento feliz.


Empuño la espada del Batallador en la conquista de Zaragoza, soy el general Palafox respondiendo a las cartas del mariscal francés que ofrecía paz y capitulación, con el más firme grito de guerra y cuchillo, etc.


Cada noche vivo la vida de uno de esos hombres que lucharon y pelearon por hacer un Aragón mejor, más justo y más libre. Luego cuando despierto de ese dulce sueño, me entra la angustia, pues soy simplemente un aragonés que ama su tierra y se indigna con los ataques, las afrentas y los desprestigios que sufrimos habitualmente.

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