Ha sido una transformación lenta pero imparable. Los hábitos de consumo han ido modificándose en la última década, y en la actualidad, el porcentaje de compras que los ciudadanos pagan con algún tipo de tarjeta bancaria ya se equipara al gasto en efectivo. Según los datos ofrecidos por el Banco de España, en el conjunto del país se desembolsaron el año pasado 105.854 millones de euros con el dinero electrónico, mientras que las retiradas de efectivo en cajeros alcanzó la cifra de 111.404 millones.

Son números muy distintos a los que, por ejemplo, se registraban en 2002, cuando el gasto en metálico doblaba el realizado con tarjeta. En Aragón, las compras con billetes y monedas supusieron un montante superior a los 3.250 millones de euros durante 2015 (un 3% más que el año anterior), mientras que las que se pagaron con tarjeta se quedaron más cerca que nunca, con 3.180 millones (que supone un crecimiento del 6%).

Es el resultado de una progresiva mejora en las facilidades de pago de los consumidores, que cada vez pueden acceder a más productos y servicios a golpe de tarjeta. En los últimos años, por ejemplo, la Administración ha dado pasos en este sentido. Tanto el pago de las multas de Tráfico como de las tasas de circulación ya no se permiten en metálico, mientras que servicios como el taxi o el estacionamiento regulado (la conocida zona azul) se pueden pagar sin una moneda. Incluso desde este año ya es posible adquirir lotería pagando con tarjeta, una demanda histórica de los vendedores.

De igual manera, la seguridad en las compras por internet ha disparado este tipo de consumo. De hecho, según el informe 'La Sociedad en Red' elaborado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI), Aragón es, con un 52,8%, la Comunidad en la que los usuarios han comprado más por internet. Y en este tipo de adquisiciones, las tarjetas y PayPal suponen más del 70% de los métodos de pago utilizados, dejando el contrarrembolso en un lugar minoritario.

Desde la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS) señalan que sigue creciendo la buena aceptación de las tarjetas como medio de pago en los comercios minoristas gracias a “la reducción de las comisiones y a una mayor utilización de este formato como medio de pago entre los consumidores”.

En este sentido, el año pasado el sector calculó un ahorro cercano a los 9 millones de euros solo en Aragón por la rebaja de comisiones a la hora de pagar con tarjeta. Según el Informe de Tecnocom sobre Tendencias en Medios de Pago, un 65,9% del comercio minorista ya las acepta a la hora de cobrar un producto o servicio al cliente.

El ahorro de las tarjetas

El último movimiento en favor del pago con dinero de plástico ha llegado con la entrada en vigor el pasado 1 de enero de nuevas comisiones en la retirada de dinero de los cajeros automáticos de las entidades bancarias. Como consecuencia, “el coste del efectivo se ha incrementado en casi un 4%”. Esta es la conclusión del estudio de la firma Popular Payments, que asegura que los consumidores podrían ahorrar más de 32 euros mensuales si decidieran efectuar sus compras en tiendas físicas con tarjeta o similares.

En total, cada español podría guardar en su bolsillo más de 390 euros cada año. En la práctica, la aplicación de las comisiones al efectivo supone un paso más en la evolución del mercado de los pagos. En palabras de Jaime Domingo, director general de Popular Payments, “se trata de una medida que favorece la creación de una cultura de pagos digitales, de forma que los consumidores obtengan el impulso necesario para adquirir nuevos hábitos de compra que dinamicen el mercado”.

Y de hecho existen promociones que incitan a ello. Algunas entidades, por ejemplo, han eliminado las comisiones de las cuentas a condición de utilizar un número determinado de veces al mes la tarjeta. Pero la mayoría sigue cobrando por su mantenimiento -incluso sin uso-, lo que sigue siendo criticado los consumidores.

Irrumpe el pago con móvil

Y en todo este movimiento monetario, parece que por fin las principales compañías tecnológicas están dando el impulso definitivo al pago mediante el teléfono móvil, desarrollando los sistemas necesarios para que el usuario pueda pagar directamente con su smartphone, bien mediante aplicaciones, bien pasando la pantalla por un lector (NFC).

Su principal reto será el de superar los riesgos de seguridad -algo a lo que ya tuvo que hacer frente la tarjeta de crédito en las compras online-, pero las cifras comienzan a ser positivas. Según el Barómetro anual de Nuevas Formas de Pago elaborado por Mastercard, el 10,4% de los clientes utiliza el móvil para realizar pagos en tienda física a través de la tecnología NFC.

Este tipo de pago ha crecido un 4,2% respecto al año pasado y se ha convertido en el más conocido (63%) y en el mejor valorado (34,2%). A esta modalidad le siguen el pago móvil con cargo a la operadora, con un 8,3%, y el pago móvil por medio de aplicaciones, que se sitúa en un 5,2%.

Para la directora de Desarrollo de Negocio e Innovación de Mastercard España, Paloma Real, el hecho de que más del 20% de los clientes ya utilicen el móvil para pagar "viene a demostrar cómo este medio de pago gana cada vez más relevancia en los hábitos de compra".

En cualquier caso, parece que será de nuevo la generación más joven la que protagonizará este cambio. Según el informe 'Total Retail 2016 de PwC', los usuarios con edades comprendidas entre los 24 y los 45 son los más dados a utilizar su móvil para pagar. Un 12% de ellos afirma que el uso del móvil es su medio preferido a la hora de concretar una compra, y un 42% de los encuestados apuesta a que el 'smartphone' se convertirá en la herramienta de pago “más importante”.