Las renuncias a herencias siguen batiendo récords y se duplican en 4 años

Desde 2007 estas decisiones no han hecho más que aumentar debido, especialmente, a las deudas pendientes.

Vivienda de segunda mano a la venta
Vivienda de segunda mano a la venta
H.A.

Renunciar a una herencia es una realidad que se repite año tras año en Aragón. Desde que comenzó la crisis económica, no ha parado de ascender el número de personas que deciden no aceptar el legado que les han dejado sus familiares. Según los datos del Consejo General del Notariado, este último año se han incrementado en un 15% las renuncias, pasando de las 863 registradas en 2014 a las 993 de 2015. 


La falta de trabajo y la imposibilidad de hacer frente a determinados gastos ha supuesto que cada día se alcance una nueva cifra récord. Ejemplo de ello es que desde que comenzó la crisis casi se han triplicado y se han duplicado en los últimos cuatros años. 


"Cuando hay deudas económicas por parte del fallecido aparece la incertidumbre sobre si poder pagar o no", explica ?Francisco de Asís Pizarro, decano del Ilustre Colegio Notarial de Aragón. Sin embargo, según señala estas dudas no tienen sentido porque en Aragón “solo se tiene que hacer frente a las deudas con los bienes heredados y no con el capital personal”.


Por ello, señala que es necesario que los ciudadanos estén bien informados sobre sus derechos y obligaciones para poder decidir correctamente cuál es la mejor opción. "La comunidad aragonesa tiene unas circunstancias muy concretas, entre ellas, la de no pagar las deudas con el patrimonio del heredero y, hasta ahora, también contaba con importantes bonificaciones", recuerda. 


No obstante, las dudas sobre cómo hacer frente a los gastos básicos de la herencia siguen retrayendo a muchos. “Encontramos casos muy diversos, pero destacan aquellos en los que el beneficiario no tiene solvencia y lo recibido es difícil de convertir en líquido, por ejemplo, cuando se tratan de acciones que van a la baja, fondos de inversión o un inmueble”, recalca Pizarro.


Este sería el caso de una vivienda valorada en 110.000 euros, que tiene una hipoteca de 40.000. Si la vendiera podría cubrir la deuda y obtener unos ingresos como parte de la herencia, “pero el miedo a no conseguir adjudicarla y la obligatoriedad de pagar el importe total en el momento provoca que se renuncie al legado”. En estos casos, la única posibilidad que existe es la de intentar negociar con la entidad bancaria o solicitar un aplazamiento a Hacienda para pagar los impuestos.


Todos estos problemas se multiplican cuando el heredero no es un pariente directo, ya que en ese momento, sí que es más común renunciar al legado por el elevado coste que puede conllevar toda la tramitación. “El porcentaje a pagar va subiendo dependiendo del volumen del patrimonio, el capital del receptor y el parentesco con el fallecido”, explica. Por lo tanto, un primo o un tío pagará más que el hijo o nieto. Pese a todo, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, las transmisiones de viviendas se mantienen en niveles similares a los de 2014, con más de 71.000.


Este es un ejemplo más de que todavía no se han solventado los problemas económicos de los aragoneses. “El hecho de que muchas personas renuncien por miedo a que no poder hacer frente a los gastos que conlleva es un indicador de que la situación económica no ha mejorado lo suficiente”, recalca Pizarro.

Compra de herencias

En estos tiempos de crisis y ante la falta de liquidez de muchas personas, algunas empresas han ofrecido la opción de comprar las herencias para que los herederos no tengan que renunciar a ellas. De este modo, si alguien no tiene liquidez y no sabe cuánto va a tardar en traspasar una vivienda, puede vender toda la herencia y así asegurarse un incremento de su cuenta corriente al momento. 

Renuncias a favor de los hijos

En el Ilustre Colegio Notarial de Aragón también han percibido un incremento de las renuncias de herencias para que pasen a sus descendientes. “Cada vez es más común que personas de avanzada edad, que pueden recibir la herencia de sus hermanos, decidan renunciar y que directamente vaya hacia sus descendientes”, especifica.


Este hecho es debido al incremento de la esperanza de vida de los aragoneses y supone un intento de ahorrar trámites y gastos, porque en vez de realizar dos transmisiones se produce solo una.

Cambios para este año

La reforma fiscal anunciada por el Gobierno de Aragón en diciembre del pasado año puede producir que estas renuncias sigan incrementándose durante algún tiempo más. Ahora aquellas personas que reciban un legado de menos de 100.000 euros -si tienen un patrimonio menor a 100.000- tienen un 65% de bonificación, mientras que antes estas bonificaciones se aplicaban hasta que el patrimonio del receptor superaba los 402.000 euros.


Al desaparecer esta bonificación, se impone una tabla que marca cuál es la tasa impositiva, que puede variar entre el 7,65% y el 34%. “Con estas nuevos cambios no sería de extrañar que más personas tuvieran que renunciar a una herencia”, recalca Pizarro. Según subraya lo que más puede afectar es que al contabilizar el patrimonio del que recibe la herencia, no están exentas las viviendas. “Por lo que si tiene un piso en propiedad, algo habitual en Aragón a partir de los 30 años, es casi seguro que no pueda acogerse a la bonificación”, sostiene.


Según las estimaciones realizadas por el ejecutivo autonómico, esta modificación unida a la del impuesto de donaciones, provocarán unos ingresos de 20 millones de euros anuales, aunque en el caso de 2016, solo ascenderán a 12, “por la existencia de un plazo de autoliquidación de seis meses”.

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