Deslizarse por las laderas nevadas a toda velocidad es uno de los grandes placeres de los amantes del esquí, que estos días apuran la temporada en las estaciones aragonesas. Aunque depende del gusto -y de la destreza de cada uno- montado sobre unos esquís se pueden alcanzar velocidades muy altas.

En concreto, un esquiador común, con experiencia, puede deslizarse por las pistas a una velocidad máxima de unos 100 o 120 km/h. Los deportistas que participan en la Copa del Mundo de esquí alpino han llegado a alcanzar 140 kilómetros por hora.

Sin embargo, hay una modalidad deportiva en la que estas cifras se superan ampliamente: en el esquí de velocidad, suelen alcanzarse unos 160 km/h en las primeras mangas y la velocidad va subiendo conforme aumenta la inclinación y la velocidad de la pista. De esta manera, se han llegado a superar los 200 km/h en pistas como las de Verbier, en Suiza, y Les Arcs, en Francia, donde suelen batirse los récords mundiales de velocidad.