La lluvia y el deshielo pueden causar riadas extraordinarias en el Alto Ebro
El aumento de los cauces conllevará una crecida en todo el eje del Ebro, aunque será una avenida de carácter ordinario.
La lluvia y el deshielo pueden provocar desde mañana riadas locales extraordinarias en los ríos Nela, Trueba y Jerea e incluso en el eje del Ebro hasta Miranda de Ebro (Burgos), según las previsiones hechas para las próximas horas por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
Según el último parte de la CHE, las precipitaciones se han retrasado en el tiempo respecto a la previsión de este martes con lo que los fenómenos de fusión nival y las crecidas de los ríos de la cabecera de la cuenca del Ebro, especialmente los de su margen izquierda, se desplazan temporalmente a la jornada de mañana.
El aumento de los cauces conllevará una crecida en todo el eje del Ebro, aunque será una avenida de carácter ordinario que podría llegar a sus caudales máximos en la estación de Castejón (Navarra) en la primera mitad del viernes.
Las precipitaciones más intensas se concentrarán en el tercio norte de la cuenca, especialmente en su mitad occidental, hasta la tarde de mañana jueves, con entre 20 y 60 litros por metro cuadrado en los afluentes de la margen izquierda del Ebro hasta el río Esca, así como en las zonas más elevadas del Sistema Ibérico de La Rioja.
Fuera de estas zonas, se esperan acumulados inferiores a los 20 litros por metro cuadrado e inferiores a los 5 en el sector central de la depresión del Ebro y tramos medios y bajos del Cinca y Segre, según la CHE.
En el resto de afluentes de la margen izquierda, Bayas, Zadorra, Ega y Arga, también se producirán crecidas significativas, aunque se estima que hay menos probabilidad de que sean extraordinarias.
La Confederación Hidrográfica calcula que la crecida se trasladará entre mañana y el viernes al eje del Ebro, con caudales que se espera tengan carácter ordinario.
Para laminar la crecida, se realizan maniobras en los embalses de Yesa e Itoiz, en Navarra; Ullíbarri y Sobrón, en el País Vasco, y en Mequinenza (Zaragoza), en el bajo Ebro.
