"Gracias al trabajo, la mota resiste"

La avenida ordinaria que estos días atraviesa la ribera del Ebro ha puesto a prueba las reparaciones hechas durante el último año por la Confederación Hidrográfica.

Las máquinas trabajaron ayer para reforzar la mota situada en Pina de Ebro ante la avenida ordinaria del río.
Las máquinas trabajaron ayer para reforzar la mota situada en Pina de Ebro ante la avenida ordinaria del río.
Oliver Duch

Cierto temor, preocupación y a la par expectación por si aguantarían las defensas contra las aguas se había instalado estos días en los municipios situados a orillas del río Ebro, conforme la crecida –motivada por las intensas precipitaciones del pasado fin de semana– avanzaba por la ribera.


"Si no se hubiera trabajado... pero gracias al refuerzo, la cosa no está mal, la mota resiste perfectamente", apuntó Jesús Morales, regidor de Quinto. "El miedo era por el dique sin arreglar. No sabíamos si iba a aguantar", confesaba Marisa Fanlo, alcaldesa de Pina de Ebro. Ambos estaban preocupados por una mota situada en este último municipio en la que se trabajó desde el miércoles para reforzarla.No obstante, el trabajo dio sus frutos, la estructura resistió y solo hubo que lamentar algunas inundaciones por filtraciones en campos y fincas aledaños a la orilla del río.


Por Zaragoza, la punta de la crecida ordinaria del Ebro se registró cerca de las 3.00 de la madrugada, cuando se alcanzaron los 1.264 m3/s y los 3,81 metros de altura. No obstante, no fue necesaria ninguna intervención de los bomberos. En el Burgo de Ebro, su alcalde, Miguel Ángel Girón, también destacó las escasas incidencias ante la subida de las aguas. "Aquí se inunda siempre lo mismo, algunas fincas pegadas al río por filtraciones", apuntó.


En Sástago, donde la avenida llegó por la tarde, el miedo era por un transformador eléctrico que está demasiado cerca del agua. "Hemos pedido al Departamento de Industria que lo eleve, porque cuando sube el caudal nos quedamos sin luz", explicó Joaquina Yuste, la alcaldesa del municipio."No tendría que haber daños"

Las localidades por donde la crecida del Ebro pasó el miércoles comenzaron ayer a recuperar poco a poco los caudales normales. "El agua está sobre los 4 metros, ha menguado. Ya está saliendo de la huerta", detallaba José Ayesa, primer edil de Novillas.


Pasada la punta de la avenida, los afectados comenzaron a examinar el efecto que había tenido en los campos. Según afirmó José Manuel Penella, secretario general de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), en una crecida ordinaria como esta "no tendría que haber daños". No obstante, criticó que sí habrá huertas perjudicadas porque las obras de la Confederación Hidrográfica del Ebro no llegaron a toda la ribera. "Se ha visto que donde se ha reparado y se ha limpiado, ha subido menos el agua y no ha habido problemas. Pero hay zonas donde no se había actuado nada", denunció Penella.


Durante los próximos días valorarán los daños ocasionados en las huertas. "La clave está en que se vaya pronto el agua", resumió el secretario ayer por la tarde en una visita a pueblos afectados de la Ribera Alta.

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