Más de 40 farmacias de Aragón ya dispensan medicamentos de manera personalizada

El sistema empezó a aplicarse hace medio año y es necesario haber realizado un curso y tener el permiso de la DGA.

El Sistemas Personalizado de Dosificación (SPD) de un paciente.
El Sistemas Personalizado de Dosificación (SPD) de un paciente.
Sandra Lario

Desde el pasado mes de julio, las farmacias aragonesas pueden presentar en la DGA la declaración responsable de los Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD). De este modo, el Gobierno de Aragón se convertía en el primero en regular a través de un decreto este sistema de medicación. Hasta ahora, según los datos facilitados por el departamento de Sanidad, un total de 43 farmacias -7 en Huesca, 5 en Teruel y 31 en Zaragoza- han presentado este informe y, por lo tanto, están dispensando medicamentos de forma personalizada.


Este documento acredita que cumplen los requisitos necesarios para preparar los envases de plástico -blíster- en los que introducen, de manera personalizada, las medicinas que deben tomar los pacientes. Estas se distribuyen de forma ordenada atendiendo al día de la semana que sea -de lunes a domingo- y el momento del día -desayuno, comida, cena y noche-. “El hecho de que el SPD esté normalizado y protocolizado permite que el servicio sea igual en las farmacias y otorga una mayor seguridad al paciente”, señala Ramón Jordán, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza


Jordán considera un gran avance este sistema, puesto que al utilizarlo, el tratamiento que toman las personas es más seguro y efectivo. “Su principal finalidad es asegurar que el paciente ingiere las dosis indicadas por el médico, en el momento oportuno y que no se olvida ninguna, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este es el principal problema del fracaso de los tratamientos”, recalca. De hecho, este sistema no va dirigido a todos los ciudadanos, sino que es solo para personas polimedicadas, con tratamientos crónicos o que empiezan a tener fallos de memoria.

Modo de preparación

Cuando un paciente está interesado en este producto, se le realiza un estudio clínico para analizar la medicación recetada por el médico y aquellos fármacos que no necesitan prescripción o productos homeopáticos. “De este modo, vemos si hay alguna duplicidad o si puede que haya alguna interacción entre los medicamentos y si es así, lo remitimos al médico para que valore”, especifica Jordán. En el caso de que no exista ningún problema, se suelen prepara los envases por semanas, aunque también pueden ser por quincenas.


“Nosotros lo hacemos cada quince días porque es más cómodo, tanto por si hay algún festivo como por la composición de los envases de 28 pastillas”, señala Mercedes González, la dueña de una de las farmacias que ofrece este servicio en Zaragoza. Además, subraya que en estos casos la receta electrónica ha sido un gran avance. “Preparamos los blíster con lo que pone en la receta y si tenemos cualquier duda o sugerencia, podemos ponernos en contacto con el médico a través de la ficha del paciente”, explica. A pesar de que este uso no es continuo, “permite un contacto directo entre el médico y el farmacólogo que antes no existía”, recalca.

El precio, el único escollo

En la farmacia de Mercedes González siempre tuvieron clara la utilidad de este sistema. “Hace unos dos años realizamos un curso organizado por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza y ahora ya estamos dispensando medicamentos de forma personalizada”, explica. Como ella, cientos de profesionales han participados en este tipo de cursos, uno de los requisitos para que la DGA conceda la posibilidad de realizar SPD. “Solemos hacer cursos con bastante frecuencia porque siempre hay algún farmacéutico interesado además de los que cada año terminan sus estudios en la Universidad San Jorge”, especifica Jordán.


González subraya que el sistema funciona muy bien, especialmente, para las personas polimedicadas. Sin embargo, destaca que su uso no está muy extendido por el coste que conlleva. El decreto realizado por la DGA no especifica ningún importe concreto, por lo que son las farmacias las que deciden cuál es el precio más adecuado. Generalmente, el importe suele rondar entre los 20 y 30 euros al mes, dependiendo de la botica. No obstante, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza está negociando con el Gobierno autonómico la posibilidad de que se concierte este pago en casos concretos, algo que ya se está haciendo en otras comunidades como País Vasco. “Es un esfuerzo económico mínimo que sería muy beneficioso para los pacientes”, subraya Jordán.


El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza también destaca que para avanzar en estos sistemas es necesario que se produzca un cambio de mentalidad. “En el siglo XX, la farmacia se dedicaba a realizar los medicamentos y sus fórmulas; posteriormente esta función pasó a los laboratorios y las boticas se convirtieron en dispensadoras de medicamentos, ahora además, ofrecen servicios asistenciales como es este”, especifica Jordán.

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