Alerta en los pueblos del Gállego por un nuevo repunte del nivel de lindano en Bailín
Las lluvias movilizaron los residuos de Inquinosa y se superó 17 veces el límite para el agua de boca. La CHE y la DGA llaman a la tranquilidad ya que aguas abajo el pico de contaminación no se notó.
"¿Cada vez que llueva vamos a estar igual?". Es la pregunta que ayer volvieron a hacerse en los pueblos de la ribera del Gállego, tras recibir los datos de los últimos análisis del agua del río, que detectaron en el barranco de Bailín un repunte en los niveles de lindano procedente del vertedero de Inquinosa, en Sabiñánigo. Allí se midieron el pasado viernes, durante un episodio de fuertes lluvias, 8,59 microgramos de HCH (lindano) por litro, lo que supera 17 veces el límite permitido para el agua de boca, aunque en ese punto concreto el límite autorizado es de 50 microgramos.
En todo caso, desde la Confederación Hidrográfica del Ebro y la DGA aseguraron que el pico de contaminación no tuvo incidencia aguas abajo, por lo que no hubo que tomar medidas extraordinarias como cerrar las captaciones de agua de boca, pero ha sido suficiente para volver a extender la preocupación entre los afectados, que en 2014 pasaron meses sin poder beber del grifo.
Según los datos remitidos ayer por el organismo de cuenca al Gobierno de Aragón y Protección Civil, los muestreos realizados en Jabarrella y Murillo este lunes, "a pesar de todo lo que ha llovido", arrojaron niveles por debajo del nivel de detección, por lo que transmitieron un mensaje de "tranquilidad". Tampoco los análisis de la DGA hallaron anomalías en la calidad del agua del río, dado que sus caudales "diluyen estas mínimas aportaciones puntuales" y, según el protocolo, solo se avisa a la población si se superan los 100 microgramos/l en Bailín, y la media del día 12 fue de 2,37. En la CHE ya esperaban una incidencia de esta magnitud por las escorrentías del vertedero al barranco, de hecho, destacaron que "con más lluvia que otras veces, se ha movilizado menos lindano".
Pero el hecho de que no se hayan sobrepasado los límites no consuela a los vecinos de la ribera. "El problema es que ha vuelto a pasar lo que nos temíamos y se sigue sin hacer nada", criticó Pablo Vallés, portavoz del Movimiento LindaNo, que agrupa a ayuntamientos, empresas, organizaciones agrarias y ecologistas.
El protocolo "es lento y malo", afirmó, por lo que pidió elaborar uno nuevo de forma que "las analíticas estén en el día y se avise de cualquier cambio para cerrar el bombeo de agua a los municipios que se abastecen del río o de la entrada de agua a La Sotonera", porque "no se puede exponer a la población", advirtió el portavoz. En un comunicado, la plataforma criticó la "falta de avances reales" para resolver el problema y la ausencia de información sobre las escorrentías del vertedero de Sardas, que también acumula residuos de Inquinosa. "No se sabe en qué medida están contaminando el río", lamentaron, al tiempo que volvieron a exigir un "urgentísimo seguimiento sanitario". "Los partidos que en la oposición pedían estudios de salud ya no lo hacen", reprochó el alcalde de Santa Eulalia de Gállego, José Antonio Casaucau, en referencia a los socios del Ejecutivo, PSOE y CHA.
Casaucau explicó que "estos días el río baja muy turbio" y, para "reducir el riesgo", los ayuntamientos detienen el bombeo, "lo cual no quiere decir que no nos notifiquen que hay un repunte de contaminación", puntualizó. Ayer pidieron hablar con el comisario de Aguas de la Confederación. Mientras, aún no hay decisión sobre si se hará el by-pass en Bailín para derivar las aguas limpias al Gállego y evitar escorrentías.
