Estudiar una carrera universitaria... desde la celda

33 presos internados en las cárceles de Zuera, Daroca y Teruel estudian una carrera en la UNED. Una de las más solicitadas es Derecho.

Exterior de la cárcel de Zuera.
Exterior de la cárcel de Zuera.
J.C.A.

Enero y febrero son tradicionalmente meses de exámenes universitarios. Miles de personas de toda España se han presentado ya a las pruebas que acrediten que han adquirido conocimientos suficientes de la materia que estudian y otros lo harán en los próximos días. Estudian en sus casas, en las bibliotecas, en salas de estudio municipales... y en la cárcel. Un millar de presos españoles están matriculados en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Treinta y tres lo hacen desde las cárceles aragonesas de Zuera, Daroca y Teruel.


Lo más demandado por estos estudiantes es el llamado Curso de Acceso a la Universidad para mayores de 25-45 años, también conocido como CAD, seguido de los grados de Derecho, ADE y Turismo. “La UNED ofrece en las cárceles españolas 18 de los 27 grados que integran su oferta”, explica Elena Azofra, vicerrectora adjunta de Estudiantes y Centros Penitenciarios de la UNED. Quedan fuera de la oferta aquellos estudios que requieren mayor experimentalidad, como las ingenierías o las carreras científicas, como puede ser Matemáticas.


Todos los presos se pueden matricular en una carrera o en el CAD, independientemente de la pena que cumplan y del régimen penitenciario. Estos alumnos pueden solicitar becas al Ministerio de Educación o al propio programa de la UNED. Para beneficiarse de las mismas, entre otros requisitos, deben demostrar que no tienen solvencia económica y que no poseen otra carrera. Como a cualquier otro estudiante que estudia con una beca oficial, se les exige un determinado rendimiento académico para poder ir renovando la ayuda.

Clases semanales

“Son estudiantes con gran fuerza de voluntad”, valora Elena Azofra. “Todos han comprendido la oportunidad única que se les ofrece para su crecimiento personal durante el tiempo que dure su privación de libertad”, afirma la vicerrectora, que añade que esta educación supone para las personas que han pasado por la cárcel “una vía para su reinserción posterior en la sociedad”. En el último curso que analizaron los responsables del programa, se determinó una tasa de éxito (relaciona todas las materias a las que se presenta un estudiante con aquellas que supera) del 69,1%. Unos valores cercanos a las estadísticas generales de la UNED.


La cárcel aragonesa que cuenta con mayor número de matrículas es Zuera. Allí estudian 26 presos. Los que preparan el CAD reciben cada semana clases presenciales de materias como Lengua, Matemáticas e Inglés. Aquellos que estudian una carrera también cuentan con el apoyo de una suerte de coordinador de estudios. Es el llamado 'asesor UNED' y entre sus funciones figura visitar semanalmente el centro penitenciario para entregar materiales didácticos a los estudiantes.


En Daroca y Teruel, donde estudian cinco y dos presos respectivamente, no se producen estas visitas periódicas de apoyo porque el programa las reserva para cárceles en las que hay más de ocho estudiantes matriculados.


Las visitas de profesores para dar clases, al igual que la celebración de exámenes, se producen como no podía ser de otra forma entre estrictas medidas de seguridad. “Los miembros de los tribunales de los exámenes están acompañados en todo momento por un funcionario del centro”, detalla la vicerrectora, que agrega que con anterioridad a estas visitas “se deben enviar los datos personales a Interior y Defensa para el control de accesos”.


Respecto al material de estudio, los presos pueden consultar los manuales en las bibliotecas que tienen las cárceles o también pueden comprarlos a través de sus familiares en el exterior o solicitarlos a la librería de la UNED. Deben abonar la totalidad de estos materiales, ya que no cuentan con subvención. Internet también se revela como una herramienta de estudio importante, pues en la plataforma de la propia universidad se ponen a disposición de los alumnos muchos contenidos, aunque es cierto que no es un recurso que puedan utilizar a su libre albedrío por razones de seguridad.

Un programa exitoso

El Programa de Estudios Universitarios en Centros Penitenciarios celebró en 2015 su trigésimo aniversario. El programa tiene incluso su propia apertura solemne de curso, cuya última celebración tuvo lugar en el Centro Penitenciario de Sevilla y contó con una invitada ilustre: Fabiola Almarza Lorente-Sorolla, nieta del pintor valenciano Joaquín Sorolla, que heredó la profesión de su abuelo y además es profesora de pintura, dibujo y grabado. También cuenta hay una convocatoria de cursos de verano.


A día de hoy, la colaboración entre la UNED y los ministerios de Interior y Defensa “es perfecta”, valora Elena Azofra, quien explica que “incluso en época de recortes” se ha mantenido un presupuesto que ha hecho que el programa siga adelante. “Es una satisfacción comprobar la importante labor social que desarrolla la UNED con las personas privadas de libertad”, agrega la vicerrectora.

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