Motivos para emprender, en Aragón, no faltan. Al menos así lo considera el último informe de Funcas en el que analiza 578 viveros de empresas de todo el país, y que sitúa entre los cincuenta mejores a cuatro centros de la Comunidad.

De esta forma se convierte en la tercera que mejores herramientas ofrece a sus emprendedores, solo superada por Navarra y País Vasco. Y en buena medida, gracias a la labor que se lleva a cabo en el Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI), que se ha aupado hasta el segundo lugar la clasificación.

Fundando en 1990, y con 7.000 metros cuadrados y cincuenta oficinas para desarrollar proyectos, este espacio de creación ofrece asesoramiento empresarial, apoyo en la búsqueda de financiación, integración en redes de innovación y consultoría para participar en proyectos europeos, entre otros servicios.

El CEEI ha ido mejorando su posición hasta rozar los más alto gracias al trabajo del equipo de José Luis Latorre, hasta que el año pasado abandonó el proyecto para hacerse cargo de la dirección del centro tecnológico Walqa. En noviembre le sucedió el exconcejal del Ayuntamiento de Zaragoza, Laureano Garín.

Además, el CEEI de Daroca consigue colocarse dentro del 'top 50' (en el puesto 48), gracias a su incubación avanzada, es decir, búsqueda de financiación y apoyo a la internacionalización entre otros.

La red municipal de Zaragoza

Por su parte, la red de Zaragoza Activa puede volver a presumir de estar entre los mejores ecosistemas de emprendimiento del país, situandose en el puesto número 15. Entre otros aspectos, es el 4º en espíritu emprendedor, el 3º en preincubación y el 4º en incubación básica.

Para su responsable, Raúl Oliván, supone “un reconocimiento a toda la labor que se está haciendo en Zaragoza, no solo en el vivero”. De hecho, de haber sumando las fuerzas de toda la red municipal, incluyendo el CIEM (que se sitúa en el puesto 26) y Etopía, su posición habría sido incluso mejor.

Oliván destaca que la Red ZAC cuenta con más de 7.000 miembros y es “una de las primeras redes sociales de ámbito local” de todo el país, así como el carácter innovador del proyecto de La Colaboradora, donde “impera una lógica de intercambio de servicios que ha revolucionado el ecosistema del emprendimiento”.

La crisis económica y la alta tasa de paro de estos últimos años han fomentado la aparición de estos centros de ayuda a la hora de lanzar un negocio. Aragón ha pasado de contar con un solo vivero en 2008 a los 16 actuales.